Empiezan las
aceitunas. ¡¡¡ Que ricos los torreznos sentados en los ropones de las bestias ó en las albardas, con una buena lumbre calenándote los piés.!!! Después, y antes de empezar otra vez, se metian dos cantos rollizos en las brasas para, que una vez bien calentitos, sirvieran para calentarte las manos. Se guardaban éstos en los bolsillos, y cuando las manos estaban a punto de estallar de frio, las metias en las faldiqueras y apretabas con fureza los cantos, entonces parecia como que el dia
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