Ayer por la tarde al salir del trabajo volví, como tantas veces, a estar en el Cerro Gordo y justo en la esquina de la Cerca del Tio Ramito, al pie de las peñas, planté un hermoso árbol de Navidad y colgué, en lugar de regalos, los nombres de todos vosotros, mis amigos. Vosotros, los de siempre recordados. Por eso os nombro a todos, a todos los amigos que pasaron por mi vida. Los que recibís este mensaje y los que no lo recibirán.
Un árbol que al florecer el año que viene nos traiga ilusión, salud, amor y paz.
Ojalá que en esta Navidad nos podamos encontrar para compartir los mejores deseos de esperanza.
Mientras tanto recibir un fuerte abrazo de éste Furriola-Tarira
Un árbol que al florecer el año que viene nos traiga ilusión, salud, amor y paz.
Ojalá que en esta Navidad nos podamos encontrar para compartir los mejores deseos de esperanza.
Mientras tanto recibir un fuerte abrazo de éste Furriola-Tarira
