Milord Informa.
Continuación de A. T. E. D.
- ¡Quien te ha visto y quien te ve! Tú qe eras el rey de los pozos y las pedreras.
-Ya, pero de eso no queda.
-Pedreras no, pero pozos...
- ¿A que llamas tú pozos? ¿A esos redondelitos de ladrillos tan monos, con arco de hierro y su garrucha, su reja y sus macetitas alrededor?.
-Bueno, aún hay corrales.
-No, hijo no. Ahora son patios o porches. Lo de "corral" está anticuado.
-Pero aún quedan niños.
- ¿Niños? ¿Te refieres a esa gente menuda con mala leche y peor boca? ¿A esos que no les da miedo ni esa ventanita llena de horrores que llaman tele? ¡Y mira que guarda cosas malas esa caja!... ¡Ay! Con lo que disfrutaba yo cada vez que oía a las madres desesperadas gritar: "- ¡Niño, no te arrimes al brocal del pozo, que sale el Calamandrullo y te agarra por los pelos!"; "- ¿Niño, no juegues cerca de las pedreras, que te coge el Calamandrullo!".- Y los niños se asomaban recelosos, mirando al fondo, casi vislumbrando mi cuerpo informe, adivinando mi piel escamosa y cubierta de algas a la vez, mis ojos chispeantes a través del agua allá en las profundidades del redondel de piedras. Y yo me alimentaba de sus temores viendoles imaginar como mis largos dedos les asían del cuello para arrastrarles al fondo. (continuara) desde nuestro pueblo Victor Sanz.
Continuación de A. T. E. D.
- ¡Quien te ha visto y quien te ve! Tú qe eras el rey de los pozos y las pedreras.
-Ya, pero de eso no queda.
-Pedreras no, pero pozos...
- ¿A que llamas tú pozos? ¿A esos redondelitos de ladrillos tan monos, con arco de hierro y su garrucha, su reja y sus macetitas alrededor?.
-Bueno, aún hay corrales.
-No, hijo no. Ahora son patios o porches. Lo de "corral" está anticuado.
-Pero aún quedan niños.
- ¿Niños? ¿Te refieres a esa gente menuda con mala leche y peor boca? ¿A esos que no les da miedo ni esa ventanita llena de horrores que llaman tele? ¡Y mira que guarda cosas malas esa caja!... ¡Ay! Con lo que disfrutaba yo cada vez que oía a las madres desesperadas gritar: "- ¡Niño, no te arrimes al brocal del pozo, que sale el Calamandrullo y te agarra por los pelos!"; "- ¿Niño, no juegues cerca de las pedreras, que te coge el Calamandrullo!".- Y los niños se asomaban recelosos, mirando al fondo, casi vislumbrando mi cuerpo informe, adivinando mi piel escamosa y cubierta de algas a la vez, mis ojos chispeantes a través del agua allá en las profundidades del redondel de piedras. Y yo me alimentaba de sus temores viendoles imaginar como mis largos dedos les asían del cuello para arrastrarles al fondo. (continuara) desde nuestro pueblo Victor Sanz.