Milord informa.
"Pos si" como se dice en Orellana amigo "Sanche" fue, es y seguirá siendo nuestro cerro gordo, que decir de el pues ya lo has hecho tu con esa descrpción magistral de queridos recuerdos de nuestra infancia, todavía tengo en la frente la cicatriz de un pedruscazo que me dieron en unos de esos ataques de hondas.
No podemos dejar de que el castillo "Montarba" (transcribo como lo llamábamos nosotros", se quede en el olvido, son recuerdos que debemos inculcar a través de los medios de que disponemos y este foro es el mejor.
Como tengo la suerte de vivir muy cerca, de vez en cuando me doy un paseo por allí y para tu satisfación te diré que la peña de los corazones esta intacta todavía y aún pueden verse toscamente esculpidos cuatro corazones.
Recordaras también que se dijo que yo tenía un tesoro escondio, y todos los muchachos (y no tan muchacho) le buscaban y nadie lo encontró nunca porque en realidad mi tesoro era la sana amistad de todos los amigos.
Ahora mismo con las primeras lluvias, nuestro cerro gordo (que es de todos los Orellanenses) esta lleno su suelo de innumerable lirios otoñales y la hierba comienza a crecer.
Un saludo amigo. Victor Sanz.
"Pos si" como se dice en Orellana amigo "Sanche" fue, es y seguirá siendo nuestro cerro gordo, que decir de el pues ya lo has hecho tu con esa descrpción magistral de queridos recuerdos de nuestra infancia, todavía tengo en la frente la cicatriz de un pedruscazo que me dieron en unos de esos ataques de hondas.
No podemos dejar de que el castillo "Montarba" (transcribo como lo llamábamos nosotros", se quede en el olvido, son recuerdos que debemos inculcar a través de los medios de que disponemos y este foro es el mejor.
Como tengo la suerte de vivir muy cerca, de vez en cuando me doy un paseo por allí y para tu satisfación te diré que la peña de los corazones esta intacta todavía y aún pueden verse toscamente esculpidos cuatro corazones.
Recordaras también que se dijo que yo tenía un tesoro escondio, y todos los muchachos (y no tan muchacho) le buscaban y nadie lo encontró nunca porque en realidad mi tesoro era la sana amistad de todos los amigos.
Ahora mismo con las primeras lluvias, nuestro cerro gordo (que es de todos los Orellanenses) esta lleno su suelo de innumerable lirios otoñales y la hierba comienza a crecer.
Un saludo amigo. Victor Sanz.