Milord informa.
Crónica Orellanense.
A Mariano Guisado y Manoli Mendoza, en agradecimiento.
Hoy 13 de Abril amaneció un día espléndido, no esta el tiempo de lluvias, antes de Semana Santa se vieron los labradores agradablemente sorprendidos con la revolución atmosférica, que prometía anegarnos de agua, como en los húmedos tiempos del mes de Enero, la revolución paso de largo dejándonos un “cabroncete” aire frío, que más que fresco es un sin vergüenza, quedando a nuestros labradores, una vez más, defraudados en sus esperanzas.
Aún cuando el año, por la mala cosecha que tenemos a la vista y por otras calamidades que nos afligen y nos amenazan, no parece brindarnos muy risueño porvenir, es por eso que el buen humor no debe desaparecer de nosotros, por lo que tenemos que aprovechar la primera ocasión que se nos presente para practicarlo con toda su inmensidad.
A las fiestas de Semana Santa, llegaron (como casi todos los años) una nutrida representación de los alejados del pueblo, que nos han manifestado su cariño y regocijo, dedicándose – algunos no todos- con entusiasmo a la pesca, en las chorreras del Zujar y los ancones de nuestro Orellanense pantano, con los pececillos artificiales o lombrices de tierra, que es un cebo barato y muy del agrado de los peces que moran en las aguas tranquilas de nuestro maravilloso embalse. En su entusiasmo por tan pacifico deporte, llegaron a realizar algunas pequeñas diabluras, para conseguir una buena pesca. Hubo algunos, que llevados de la afición y el noble deseo de pescar más que los compañeros, se desnudaron de pies y piernas, y se metieron en el agua para avanzar y ampliar por tal procedimiento, su zona de acción. En el primer día de pesca por tal procedimiento, apenas si consiguieron superar los rendimientos de sus demás compañeros, pero al día siguiente a las seis o siete horas, tuvieron la satisfacción de pescar unas calenturas, que seguro conservaran hasta bien entrado el verano. Pero no hay duda de que se han divertido, y de que han conseguido más abundante pesca que los que no quisieron exponerse a coger una tercianas. Desde nuestro pueblo. Víctor Sanz.
Crónica Orellanense.
A Mariano Guisado y Manoli Mendoza, en agradecimiento.
Hoy 13 de Abril amaneció un día espléndido, no esta el tiempo de lluvias, antes de Semana Santa se vieron los labradores agradablemente sorprendidos con la revolución atmosférica, que prometía anegarnos de agua, como en los húmedos tiempos del mes de Enero, la revolución paso de largo dejándonos un “cabroncete” aire frío, que más que fresco es un sin vergüenza, quedando a nuestros labradores, una vez más, defraudados en sus esperanzas.
Aún cuando el año, por la mala cosecha que tenemos a la vista y por otras calamidades que nos afligen y nos amenazan, no parece brindarnos muy risueño porvenir, es por eso que el buen humor no debe desaparecer de nosotros, por lo que tenemos que aprovechar la primera ocasión que se nos presente para practicarlo con toda su inmensidad.
A las fiestas de Semana Santa, llegaron (como casi todos los años) una nutrida representación de los alejados del pueblo, que nos han manifestado su cariño y regocijo, dedicándose – algunos no todos- con entusiasmo a la pesca, en las chorreras del Zujar y los ancones de nuestro Orellanense pantano, con los pececillos artificiales o lombrices de tierra, que es un cebo barato y muy del agrado de los peces que moran en las aguas tranquilas de nuestro maravilloso embalse. En su entusiasmo por tan pacifico deporte, llegaron a realizar algunas pequeñas diabluras, para conseguir una buena pesca. Hubo algunos, que llevados de la afición y el noble deseo de pescar más que los compañeros, se desnudaron de pies y piernas, y se metieron en el agua para avanzar y ampliar por tal procedimiento, su zona de acción. En el primer día de pesca por tal procedimiento, apenas si consiguieron superar los rendimientos de sus demás compañeros, pero al día siguiente a las seis o siete horas, tuvieron la satisfacción de pescar unas calenturas, que seguro conservaran hasta bien entrado el verano. Pero no hay duda de que se han divertido, y de que han conseguido más abundante pesca que los que no quisieron exponerse a coger una tercianas. Desde nuestro pueblo. Víctor Sanz.
