Milord informa.
Crónica Orellanense 1ª de Octubre 2011.
Digamos que el tiempo está por gastarnos una broma un tanto pesada.
Hace más de cuatro meses que nos obsequia con un calor insoportable y nosotros al sentirlo sobre nuestras personas podemos preguntar con el mayor convencimiento ¿el verano acaba de llegar? No, no, es que es un verano demasiado largo y después de aquellos días de bochorno, el viento se ha “canteao”, como dicen nuestros labradores, y el calor ha vuelto a reinar de una forma despótica y absoluta.
Aquí está ocurriendo algo que no me cuadra, debe ser que san Miguel nos ha confundido con los demonios que mandó a los infiernos, porque al paso que lleva en su veranillo podríamos calificarlo como “veranucho”, claro que no hay mal que por bien no venga porque estos pelmazos calores reciben el aplauso de nuestros “Chiringoteros”, de industriales y de repartidores que han tomado sobre sus hombros la pesada, y al propio tiempo dulce carga de refrescarnos la existencia en estos calurosos días con cervezas y “mejunjes” cocacoleros.
Sopla de contínuo un reputado aire del saliente, aire solano como solemos decir por aquí; este tiene todas las condiciones para hacerse odioso, abrasa cuanto toca y algunas veces suele ser fuerte y escandaloso, también dañino porque nos seca las vías respiratorias y nos deja la garganta más seca que los amarillos pastos de la Serena.
No hay que descartar tampoco el que la cercana “termo solar” este haciendo ya sus pinitos, porque con tanto espejo reflejando el sol a diestra y siniestra pueda pasar como pasó con el embalse que se creó un microclima que retira las nubes hacia otras zonas y en ese caso nos iremos todos al cuerno. Menos mal que los humanos nos adaptamos a todas las adversidades habidas y por haber, en fin por si las moscas mejor es que empecemos a acostumbrarnos a tostarnos cual vulgares granos de café.
Y hablando de la “termo solar”, ya se han llevado a cabo las obras para la captación de agua: Por ahora la zigzagueante zanja que han escavado, parte de la escombrera de la calle Miralrío y atraviesa por el arroyo de los Aljibes, sube para bordear unos metros por encima del Castillo Montalbán, que gracias al cielo o al infierno, se ha salvado de milagro, y como la naturaleza es muy sabia esperemos que una vez enterrada dicha cañería (yo he calculado que podrá tener unos sesenta centímetros de diámetro) esta fea cicatriz se regenere sola, en unos cuantos de años.
¿Insólito, raro, extraño o brujeril? No, no. Verdadero, las bolsa de color azul que contenían los residuos de basura que se originaron en las fiestas del Cristo, han desaparecido de los alrededores del bello jardín de la Mandanga quedando sin comida a la comunidad rateril que habitaba allí. Parece ser que el edil encargado de estos menesteres ha tenido la brillante idea de trasladarlas al basurero municipal con el servicio de un camión propiedad de un industrial de este municipio.
¿A quién corresponde tener limpio nuestro pueblo? Al ayuntamiento, o a la conciencia de sus habitantes? Mal asunto agua y aceite, es que es fácil echar la culpa a unos o ha otros cuando nuestra conciencia ciudadana tiene muchos intereses creados.
¡Menudo dilema! ¿Quién pondrá el cascabel al gato? Desde luego yo no.
¡Mirad a nuestro pueblo que duerme amodorrado y cansado por el intenso y agobiante calor! No se oye ningún ruido, todo es silencio callado. La luz de blanco satén de la luna brilla sobre sus desiertas calles y sobre sus calcinados tejados. Pronto los primeros rayos del sol doraran el horizonte y el astro vivificador de la naturaleza aparecerá con toda su majestad por la sierra de Lares arrojando torrentes de luz a las llanuras. Miradla, miradla: Que hermosa es nuestra vieja Orellana. Desde Orellana la Víeja Víctor Sanz.
Crónica Orellanense 1ª de Octubre 2011.
Digamos que el tiempo está por gastarnos una broma un tanto pesada.
Hace más de cuatro meses que nos obsequia con un calor insoportable y nosotros al sentirlo sobre nuestras personas podemos preguntar con el mayor convencimiento ¿el verano acaba de llegar? No, no, es que es un verano demasiado largo y después de aquellos días de bochorno, el viento se ha “canteao”, como dicen nuestros labradores, y el calor ha vuelto a reinar de una forma despótica y absoluta.
Aquí está ocurriendo algo que no me cuadra, debe ser que san Miguel nos ha confundido con los demonios que mandó a los infiernos, porque al paso que lleva en su veranillo podríamos calificarlo como “veranucho”, claro que no hay mal que por bien no venga porque estos pelmazos calores reciben el aplauso de nuestros “Chiringoteros”, de industriales y de repartidores que han tomado sobre sus hombros la pesada, y al propio tiempo dulce carga de refrescarnos la existencia en estos calurosos días con cervezas y “mejunjes” cocacoleros.
Sopla de contínuo un reputado aire del saliente, aire solano como solemos decir por aquí; este tiene todas las condiciones para hacerse odioso, abrasa cuanto toca y algunas veces suele ser fuerte y escandaloso, también dañino porque nos seca las vías respiratorias y nos deja la garganta más seca que los amarillos pastos de la Serena.
No hay que descartar tampoco el que la cercana “termo solar” este haciendo ya sus pinitos, porque con tanto espejo reflejando el sol a diestra y siniestra pueda pasar como pasó con el embalse que se creó un microclima que retira las nubes hacia otras zonas y en ese caso nos iremos todos al cuerno. Menos mal que los humanos nos adaptamos a todas las adversidades habidas y por haber, en fin por si las moscas mejor es que empecemos a acostumbrarnos a tostarnos cual vulgares granos de café.
Y hablando de la “termo solar”, ya se han llevado a cabo las obras para la captación de agua: Por ahora la zigzagueante zanja que han escavado, parte de la escombrera de la calle Miralrío y atraviesa por el arroyo de los Aljibes, sube para bordear unos metros por encima del Castillo Montalbán, que gracias al cielo o al infierno, se ha salvado de milagro, y como la naturaleza es muy sabia esperemos que una vez enterrada dicha cañería (yo he calculado que podrá tener unos sesenta centímetros de diámetro) esta fea cicatriz se regenere sola, en unos cuantos de años.
¿Insólito, raro, extraño o brujeril? No, no. Verdadero, las bolsa de color azul que contenían los residuos de basura que se originaron en las fiestas del Cristo, han desaparecido de los alrededores del bello jardín de la Mandanga quedando sin comida a la comunidad rateril que habitaba allí. Parece ser que el edil encargado de estos menesteres ha tenido la brillante idea de trasladarlas al basurero municipal con el servicio de un camión propiedad de un industrial de este municipio.
¿A quién corresponde tener limpio nuestro pueblo? Al ayuntamiento, o a la conciencia de sus habitantes? Mal asunto agua y aceite, es que es fácil echar la culpa a unos o ha otros cuando nuestra conciencia ciudadana tiene muchos intereses creados.
¡Menudo dilema! ¿Quién pondrá el cascabel al gato? Desde luego yo no.
¡Mirad a nuestro pueblo que duerme amodorrado y cansado por el intenso y agobiante calor! No se oye ningún ruido, todo es silencio callado. La luz de blanco satén de la luna brilla sobre sus desiertas calles y sobre sus calcinados tejados. Pronto los primeros rayos del sol doraran el horizonte y el astro vivificador de la naturaleza aparecerá con toda su majestad por la sierra de Lares arrojando torrentes de luz a las llanuras. Miradla, miradla: Que hermosa es nuestra vieja Orellana. Desde Orellana la Víeja Víctor Sanz.