ORELLANA LA VIEJA: Buala monsieur perdido, la crónica segunda de marzo,...

Buala monsieur perdido, la crónica segunda de marzo, la tercera sera para últimos y luego seguiran las abrileras. Milord.

Milord informa

Crónica Orellanense 2ª de marzo.

Los vientos con que nos obsequia marzo son bastante espléndidos porque soplan sin cansancio y con todo gusto, y no nos parecen tan aceptables porque soplan del saliente, que aquí en Orellana son considerados, en todo tiempo, como de mal soplillo porque según dicen ataca a la cabeza de las féminas produciéndolas terribles dolores migrañosos, quien no escuchó en nuestro pueblo el dicho de.. ¿viene el aire solano?, claro así tengo yo la cabeza hoy. Es que este mes según las ordenanzas, debe mantenerse nublado, si ha de cumplir los altos fines a que está destinado, y si ha de complacer a nuestros labradores; pero la ordenanza no reza que durante los treinta y un días de su reinado, haya de soplar constantemente, aire de levante “solano” para que todo el mundo me entienda, como parece dispuesto a hacernos sufrir. Y es que marzo llego a nosotros, y viendo como nos había tratado su antecesor febrero, se ha echado a llorar de una manera inconsolable, también nosotros lloramos viéndole a él tomar parte tan espontánea y tan sincera en nuestras penas producidas por la bárbara subida de impuestos a las cuales nos enfrentamos indefensos. Así que todos hemos llorado de lo lindo, el mes, el tiempo y el personal; entre el personal el que más se ha distinguido, por sus suspiros y gemidos, ha sido el sufrido gremio de labradores y ganaderos, que ya no pueden sufrir más porque su pecho estallaría. Ya es razón de que estos infelices, que con tanta resignación están tragando las contrariedades del tiempo y el destrozo del Sevellar puedan dedicarse a sus faenas abandonadas por este mal tiempo continuo.

En cambio nuestra juventud es consecuente en sus deseos, pidiendo ahora lo mismo que pedían con insistencia en aquellos días de carnaval, que el sol luzca espléndido en el firmamento, sin las molestias de las lluvias que todo lo deslucen, todo lo ensucian y todo lo estropean, aunque se cojan algunas fanegas menos de grano, y aunque el pan por esta causa, se venda algunos céntimos más caro. Desde que el 2011 ocupa el poder, puede decirse que no hemos disfrutado de un minuto con sosiego. Aguaceros, heladas, huracanes, nieblas, subidas de innumerables impuestos, ¡que se yo!, si parece que nos han caído todas las calamidades juntas, aunque también hemos presenciado despedidas muy tiernas y conmovedoras de los estudiantes y domingueros al tener que partir para sus respectivos lugares de trabajo o estudio; se abrazaban a los amigos y estos correspondían a sus cariños con buenos consejos “ ya sabes fulano” (decía uno que se creía con cierta autoridad). El buen estudiante tiene que estar siempre si no borracho, por lo menos a medios pelos, para no sentir pena por la ausencia.

Mientras las obras en calle Iglesia causa espanto ya lo contare en la próxima crónica.

Se dice que Orellana esta en un cerro, eso es lo que dice una vieja canción. Se encuentre en un cerro, en un llano o en un hoyo, el caso es que nuestro pueblo todavía sigue aquí enclavado en la suave pendiente de un cerro que mira hacia levante y brilla majestuosamente cuando el sol aparece con su rubia faz entre los alomados cerros de la Serena, y aquí sigue cuando en su ocaso su fulgor se desvanece cercano al cerro la Moheda bajo un dosel de púrpura llameante. Después, cuando las sombras nocturnas han envuelto por completo el paisaje de su entorno, Orellana se dispone a dormir, es ahora cuando llega el cálido aliento de la noche Extremeña perfumado por los aromas de las silvestres flores que en la campiña abren sus corolas policromas para recibir el beso suave y etéreo de los rayos de la luna.

Desde Orellana la Vieja Víctor Sanz..