Ya se oyen por las tardes, los platillos y tambores, los clarines y trompetas, por las plazas y las calles en Orellana La Vieja.
Así un mes estarán tocando los instrumentos, ensayando bien los pasos, para que salga perfecto. Como iceberg que al agua cayera, rebosando está la plaza de gentes que haberlos llegan. Un ruido acogedor de tambores en silencio, hacen que las imágenes tiemblen, a paso de costaleros. Calles adornadas con hierba, tomillo, poleo y velas, puertas de casas abiertas, balcones adornados donde se cantan saetas. Bajo nubes de tormentas, hacen que todo en, silencio camine la gente que acompañan al féretro. Gentes con trajes vestidos, gentes descalzas van dando suspiros, gentes con velas, gentes llorando, gentes que en su andar, van murmurando. Todos en silencio profundo, al contemplar la grandeza, el saber y la pureza, de esta virgen tan divina, que a todos nos ilumina, las almas más allegadas dirigiéndose a la virgen, las cantan sus alabanzas. Sandas muy limpias, muy bien aseadas, en lo alto una imagen, una virgen muy alta, que pasean las gentes, que por el pueblo procesionaban. En el largo caminar, siento escalofríos, pues no he visto de verdad, una imagen que al mirar, me cause tanta alegría, como la virgen María y él Cristo de la Piedad. Animar a los mozuelos, cofrades y niños, para que seamos más, los que por estas fechas, nos vallamos a alabar, y así poder alegrar, en todo lo que creemos, para así participar, en todas las procesiones, que en el pueblo de Orellana vienen siendo las mejores.
Así un mes estarán tocando los instrumentos, ensayando bien los pasos, para que salga perfecto. Como iceberg que al agua cayera, rebosando está la plaza de gentes que haberlos llegan. Un ruido acogedor de tambores en silencio, hacen que las imágenes tiemblen, a paso de costaleros. Calles adornadas con hierba, tomillo, poleo y velas, puertas de casas abiertas, balcones adornados donde se cantan saetas. Bajo nubes de tormentas, hacen que todo en, silencio camine la gente que acompañan al féretro. Gentes con trajes vestidos, gentes descalzas van dando suspiros, gentes con velas, gentes llorando, gentes que en su andar, van murmurando. Todos en silencio profundo, al contemplar la grandeza, el saber y la pureza, de esta virgen tan divina, que a todos nos ilumina, las almas más allegadas dirigiéndose a la virgen, las cantan sus alabanzas. Sandas muy limpias, muy bien aseadas, en lo alto una imagen, una virgen muy alta, que pasean las gentes, que por el pueblo procesionaban. En el largo caminar, siento escalofríos, pues no he visto de verdad, una imagen que al mirar, me cause tanta alegría, como la virgen María y él Cristo de la Piedad. Animar a los mozuelos, cofrades y niños, para que seamos más, los que por estas fechas, nos vallamos a alabar, y así poder alegrar, en todo lo que creemos, para así participar, en todas las procesiones, que en el pueblo de Orellana vienen siendo las mejores.