Ya que pasó el chaparrón y todos estamos contentos, os voy a contar un cuento.
Un buen hombre que se dedicaba a la venta ambulante, de pueblo en pueblo con su bracicleta,
Un buen día llegó a Orellana pueblo que no había estado nunca.
Se hacía de noche y el hombre no tenia donde dormir, Una mujer mayor que vivía sola en su gran casa, le invitó a pasar la noche, le puso una gran taza de leche para cenar y el hombre reacio se dijo así mismo cogiendo la taza por el asa, esta mujer seguro que por la parte del asa no bebe, echándose un gran trago. En esos momentos la viejecita entra haber que tal leva y le ve de beber por el lado del asa y le dice así, o hijo mío tiene usted la misma costumbre que yo bebe usted por la parte del asa, este hombre no se pudo contener y corriendo se marcho al corral para que la viejecita no le viera de vomitar.
La noche caía y a el hombre le entraron ganas de comer, se levantó de la cama y sigilosamente han daba por toda la casa en busca de comida, a llegar a la lacena se encontró un buen cacho de tocino lo cual no pudo aguantar y se lo comió todo, la viejecita por la mañana buscaba y buscaba, el hombre al verla la dice no busque usted más que me lo he comido yo, bueno y a todo esto qué es lo que busca usted a lo que contesta la vieja, hijo mío busco un trozo de tocino con el que me curo todas las mañana las almorranas.
Un abrazo a los hermanos Guisado.
Juani ya meda mieo de contarlos más fuertes.
Un buen hombre que se dedicaba a la venta ambulante, de pueblo en pueblo con su bracicleta,
Un buen día llegó a Orellana pueblo que no había estado nunca.
Se hacía de noche y el hombre no tenia donde dormir, Una mujer mayor que vivía sola en su gran casa, le invitó a pasar la noche, le puso una gran taza de leche para cenar y el hombre reacio se dijo así mismo cogiendo la taza por el asa, esta mujer seguro que por la parte del asa no bebe, echándose un gran trago. En esos momentos la viejecita entra haber que tal leva y le ve de beber por el lado del asa y le dice así, o hijo mío tiene usted la misma costumbre que yo bebe usted por la parte del asa, este hombre no se pudo contener y corriendo se marcho al corral para que la viejecita no le viera de vomitar.
La noche caía y a el hombre le entraron ganas de comer, se levantó de la cama y sigilosamente han daba por toda la casa en busca de comida, a llegar a la lacena se encontró un buen cacho de tocino lo cual no pudo aguantar y se lo comió todo, la viejecita por la mañana buscaba y buscaba, el hombre al verla la dice no busque usted más que me lo he comido yo, bueno y a todo esto qué es lo que busca usted a lo que contesta la vieja, hijo mío busco un trozo de tocino con el que me curo todas las mañana las almorranas.
Un abrazo a los hermanos Guisado.
Juani ya meda mieo de contarlos más fuertes.
