La Guerra
- ¡Señó, señó! ¡Me ajogo!
¡Resestí más no pueo!
¡Cuente lo que ha pasao, anque me mate;
que mucho más me mata el no sabelo!
¡Usté, señó, que entiende de leturas,
y que es tan sabeor y que es tan güeno,
y que tantos pedióricos recibe
igame lo que jué del mi Nocencio!
¡Mire Usté estos suores
que a la cara me salen de mu drento!
¡Mireme Usté los ojos
que de tanto llorá se me jundieron
y que ya se han queao
igual que dos bujeros!
¡Compaézcase Usté; y aunque me esgarre,
con icimelo, el pecho
rebusque en los papeles lo que ha sio
de mi pobre Nocencio!
¡Compaézcase Usté! ¡Naide me ice
lo que yo ya me temo;
porque no es mucha cencia devinalo,
ni hay que ser un veor pa comprendelo!
-. ¡Probe Nocencio mío!
¡Probe del mi Nocencio!
¡Un mozancón más juerte que una ancina!
¡Arriscao! ¡Bien puesto!
¡Forzúo en los quereles!
¡En el trabajo terco!
¡Prudente como naide!
¡Formá como el primero!
¡Qué doló del mi hijo
tan honrao y tan güeno!
Se ice en los papeles
que a montones cayeron;
que el Barranco del Lobo
jué llenao, de jerios y muertos;
que jué tanto el estrozo
que námas de escuchalo mete mieo;
que de tos los que han dio
es contao el que ha güerto.
No icin si Nocencio
estaba drente ellos
y estu a mi m'agina
m'apena el no sabelo
no sabin si murio
o esta vivu y mu lejos.
Y ¿a qué decirvos más?
Que me he queao sola
sin mi probe Nocencio,
tan noble como era;
tan honrao y tan güeno;
el que trebajaba
pa el mi sustento.
Ora ya no tengo
quien pol mi trebaji
quien me de cariño
quien a mi m'ampari;
lo qu'ami me espera
eso ya lo se
toa llena de penas
vieja mu viejita
y sin na pa comé.
Siempri vienin guerras
una y otra ves;
muerin jombris güenos
d'uno y otro bando,
sin sabel polque.
Basta ya, de mueltis
vivamus con tos en pá
no pelmitamus mas guerras
vivamus en libeltad
y que, siempri siempri jaya
un gran amol y amistá.
- ¡Señó, señó! ¡Me ajogo!
¡Resestí más no pueo!
¡Cuente lo que ha pasao, anque me mate;
que mucho más me mata el no sabelo!
¡Usté, señó, que entiende de leturas,
y que es tan sabeor y que es tan güeno,
y que tantos pedióricos recibe
igame lo que jué del mi Nocencio!
¡Mire Usté estos suores
que a la cara me salen de mu drento!
¡Mireme Usté los ojos
que de tanto llorá se me jundieron
y que ya se han queao
igual que dos bujeros!
¡Compaézcase Usté; y aunque me esgarre,
con icimelo, el pecho
rebusque en los papeles lo que ha sio
de mi pobre Nocencio!
¡Compaézcase Usté! ¡Naide me ice
lo que yo ya me temo;
porque no es mucha cencia devinalo,
ni hay que ser un veor pa comprendelo!
-. ¡Probe Nocencio mío!
¡Probe del mi Nocencio!
¡Un mozancón más juerte que una ancina!
¡Arriscao! ¡Bien puesto!
¡Forzúo en los quereles!
¡En el trabajo terco!
¡Prudente como naide!
¡Formá como el primero!
¡Qué doló del mi hijo
tan honrao y tan güeno!
Se ice en los papeles
que a montones cayeron;
que el Barranco del Lobo
jué llenao, de jerios y muertos;
que jué tanto el estrozo
que námas de escuchalo mete mieo;
que de tos los que han dio
es contao el que ha güerto.
No icin si Nocencio
estaba drente ellos
y estu a mi m'agina
m'apena el no sabelo
no sabin si murio
o esta vivu y mu lejos.
Y ¿a qué decirvos más?
Que me he queao sola
sin mi probe Nocencio,
tan noble como era;
tan honrao y tan güeno;
el que trebajaba
pa el mi sustento.
Ora ya no tengo
quien pol mi trebaji
quien me de cariño
quien a mi m'ampari;
lo qu'ami me espera
eso ya lo se
toa llena de penas
vieja mu viejita
y sin na pa comé.
Siempri vienin guerras
una y otra ves;
muerin jombris güenos
d'uno y otro bando,
sin sabel polque.
Basta ya, de mueltis
vivamus con tos en pá
no pelmitamus mas guerras
vivamus en libeltad
y que, siempri siempri jaya
un gran amol y amistá.