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ORELLANA LA VIEJA: Sus manos...

Sus manos

Se me olvida que estoy aquí mientras el tiempo pasa. Estoy aquí mirándome el dorso de las manos

y estallo en tristeza al darme cuenta que todo ha pasado muy rápido.

La melancolía se adhiere a mi piel, y mis manos y sus surcos son fiel reflejo de toda una vida,

una vida dedicada a eso…, vivir.

Los recuerdos se agolpan en mi mente a empujones sin pedir paso ni perdón. Mi niñez repleta

de juegos amigos y risas. Mi adolescencia con mis primeros pasos en el amor y el desamor.

Mi juventud con su madurez y descubriendo y usando la lógica y sus razones. Y como no, mi vida

adulta, esa que decidí recorrer junto a otras manos que ahora también están llenas de surcos,

otra mirada, otra visión de la misma vida.

Levanto la vista y me sonríe. Siempre ha sido así, solo verla, el sabor amargo de los malos

momentos era más llevadero. Sentir el calor de su mano estrechando la mía ha sido durante todo

el camino la solución al empeño de la vida misma en ponerme a prueba.

Eligiendo entre ambos la dirección correcta en cada cruce, y sorteando los obstáculos

que se nos presentaban. Aguantando la lluvia, el viento y sentándonos a descansar en cualquier

piedra mientras el sol nos regalaba su mejor momento.

Y así sin más se nos fue la vida. Se me fue la vida mirándole a los ojos, regalándonos sonrisas,

estrechándole mi mano.

Sin duda una manos que son la razón de toda una vida,

…unas manos junto a las mías.