Huellas del destino…
La vida que se acumula en la piel
tiene colores cambiantes
grises, ocres,
morenos…
y melodías difusas
grabadas en las estrías
de cada curva sinuosa.
Manos laboriosas
de rostros cansados,
donde se almacenan
huellas,
ranuras de tiempo
vestidas de polvo,
deshojadas por el viento
en tardes de otoño caduco…
Falacias de instantes
para un calendario olvidado.
Son huellas del destino,
estelas borrosas de ayeres,
concierto vespertino,
sueño inconcluso,
momentos velados
de una vida aún no vivida…
Diapasón y guitarra
desnudando la vida,
sones de arpegios que fueron amores…
Ranuras que van formando
goteras de un tiempo pasado;
arrugas de mil años
y surcos callados
por donde transitan los días
que forman la edad…
los ceños fruncidos,
y los pliegues,
son las huellas visibles del destino!
La vida que se acumula en la piel
tiene colores cambiantes
grises, ocres,
morenos…
y melodías difusas
grabadas en las estrías
de cada curva sinuosa.
Manos laboriosas
de rostros cansados,
donde se almacenan
huellas,
ranuras de tiempo
vestidas de polvo,
deshojadas por el viento
en tardes de otoño caduco…
Falacias de instantes
para un calendario olvidado.
Son huellas del destino,
estelas borrosas de ayeres,
concierto vespertino,
sueño inconcluso,
momentos velados
de una vida aún no vivida…
Diapasón y guitarra
desnudando la vida,
sones de arpegios que fueron amores…
Ranuras que van formando
goteras de un tiempo pasado;
arrugas de mil años
y surcos callados
por donde transitan los días
que forman la edad…
los ceños fruncidos,
y los pliegues,
son las huellas visibles del destino!