A penas hace algunas horas acaba de fallecer el humanista José María Diez Alegría, teólogo jesuita, impulsor de la Teoría de la Liberación, miembro fundador de la Asociación de Teólogos Juan XXIII. Durante varias décadas puso en practica su concepción de la Iglesia de los pobres en el Pozo del Tío Raimundo junto a los otros dos padres José María: Llanos y Gondalez Ruiz.
Acosado desde el Vaticano por la Congregación para la Doctrina de la Fé (que dirigiera el actual papa Ratzinger) fué exortado a no publicar su libro “Yo creo en la Esperanza”, ante cuya negativa
fué expulsado de la compañía y destituido de su Catedra en el Vaticano.
Entre sus pecados se encuentra el ser un “relativista “ que cuestionó las instituciones eclesiasticas y tambien el ser un humanista radical nutrido en las mejores tradiciones filosóficas y religiosas que le condujeron a seguir la voz de su conciencia.
Quizas su mayor legado sea dar razón de la esperanza, de una esperanza inseparable de la Fé en un entorno adverso. A sus 99 años Diez Alegría conservó intacto su sentido del humor que le llevo hace unos días a comentar lo siguiente: “Como Dios sabe que soy de izquierdas, todavía oigo un poco por el oído izquierdo y veo otro poco por el ojo izquierdo”.
Los Cristianos deben estar de luto por tan gran perdida así como los pobres, los escluidos, los marginados, todos aquellos a quienes dirigia su mensaje.
Que el ejemplo de hombres como este crezca y se multiplique, que la semilla que sembro florezca y de multiples frutos.
Descanse en Paz.
Acosado desde el Vaticano por la Congregación para la Doctrina de la Fé (que dirigiera el actual papa Ratzinger) fué exortado a no publicar su libro “Yo creo en la Esperanza”, ante cuya negativa
fué expulsado de la compañía y destituido de su Catedra en el Vaticano.
Entre sus pecados se encuentra el ser un “relativista “ que cuestionó las instituciones eclesiasticas y tambien el ser un humanista radical nutrido en las mejores tradiciones filosóficas y religiosas que le condujeron a seguir la voz de su conciencia.
Quizas su mayor legado sea dar razón de la esperanza, de una esperanza inseparable de la Fé en un entorno adverso. A sus 99 años Diez Alegría conservó intacto su sentido del humor que le llevo hace unos días a comentar lo siguiente: “Como Dios sabe que soy de izquierdas, todavía oigo un poco por el oído izquierdo y veo otro poco por el ojo izquierdo”.
Los Cristianos deben estar de luto por tan gran perdida así como los pobres, los escluidos, los marginados, todos aquellos a quienes dirigia su mensaje.
Que el ejemplo de hombres como este crezca y se multiplique, que la semilla que sembro florezca y de multiples frutos.
Descanse en Paz.