La tarde invita a pasear, gentes por las aguas del pantano pescando, los somormujo nadando.
Las perdices se revuelcan en los caminos acompañadas de sus grandes galanes los macho, receloso guardianes de todo lo que las pueda pasar.
Las ortigas verdes y casi negras, las margaritas en su pleno apogeo, ya las hay en las charcas asomando a flor de agua, acompañadas de algún renacuajo que otro que magistralmente se deslizan en el agua dan do fe de su destreza cabezona.
Los huevos de las orugas han eclosionado, arropando cardillos hiervas y lenguas de buey, lo cual será el fin para ellas, las babazas, sonconas, empapan de babas piedras y peñas para luego refugiarse al amparo de algún gamonito.
Las alondras hacen que la tarde sea amena y armoniosa.
Las esparragueras, con tanta agua se han puesto como chaparros, pero no han podido desprenderse de sus pinchos tan rebeldes.
Ya llegando a casa me encuentro con el animal que tiene el amigo Chele, es una perra medio pequinesa, con rabo erguido, de patas pequeñas metidas hacia dentro con ancho pecho, de sus patas cuelgan grande flecos limpios como la patena, de talla bajita, grupa baja y lomo como un banco de matar a los cerdos, “Guarros”.
Rechoncha color canela corbata blanca y orejas pequeñas su hocicó no muy grande negro como el carbón, es bastante mayor por eso cuando más la veo son las tardes de sol.
Al turrón
Como quieres que te quiera.
Quieres que te quiera más.
Te quiero más que me quieres.
Tú me quieres, quieres más.
Las perdices se revuelcan en los caminos acompañadas de sus grandes galanes los macho, receloso guardianes de todo lo que las pueda pasar.
Las ortigas verdes y casi negras, las margaritas en su pleno apogeo, ya las hay en las charcas asomando a flor de agua, acompañadas de algún renacuajo que otro que magistralmente se deslizan en el agua dan do fe de su destreza cabezona.
Los huevos de las orugas han eclosionado, arropando cardillos hiervas y lenguas de buey, lo cual será el fin para ellas, las babazas, sonconas, empapan de babas piedras y peñas para luego refugiarse al amparo de algún gamonito.
Las alondras hacen que la tarde sea amena y armoniosa.
Las esparragueras, con tanta agua se han puesto como chaparros, pero no han podido desprenderse de sus pinchos tan rebeldes.
Ya llegando a casa me encuentro con el animal que tiene el amigo Chele, es una perra medio pequinesa, con rabo erguido, de patas pequeñas metidas hacia dentro con ancho pecho, de sus patas cuelgan grande flecos limpios como la patena, de talla bajita, grupa baja y lomo como un banco de matar a los cerdos, “Guarros”.
Rechoncha color canela corbata blanca y orejas pequeñas su hocicó no muy grande negro como el carbón, es bastante mayor por eso cuando más la veo son las tardes de sol.
Al turrón
Como quieres que te quiera.
Quieres que te quiera más.
Te quiero más que me quieres.
Tú me quieres, quieres más.