Ofertas de luz y gas

ORELLANA LA VIEJA: JUEGOS “MENORES” Y ENTRETENIMIENTOS...

JUEGOS “MENORES” Y ENTRETENIMIENTOS

Cuando nosotros éramos niños no había televisión en Orellana. No podíamos, por tanto, pasarnos seis o siete horas mirando la denominada “caja tonta” o sentados manejando “ la pley” como, según los últimos sondeos de opinión, pasan los niños y adolescentes actuales. ¿Que a qué dedicábamos el tiempo que no estábamos en la escuela? Pues algunos a ayudar a sus padres en alguna tarea del campo y la mayoría a jugar. Jugábamos a los juegos que en esta selección hemos descrito amén de otros que pasamos a tratar a continuación junto con algunos entretenimientos que en aquellos tiempos eran muy normales.
LOS TIRADORES:
En el verano, cuando los pajarillos se echaban a volar, era el tiempo de confeccionar los tiradores o tirachinas. Este aparato estaba hecho de una horquilla de madera, dos gomas de unos 35 ctms de larga y una “casilla” de cuero. Cada goma iba atada con cuerdas a un extremo de la horquilla y a un agujero hecho en la “casilla”. De todos es conocido el manejo de los tiradores para los que utilizábamos, como proyectiles, los miles de chinatos que había en las calles y naturalmente en el campo. Con ellos cazábamos pájaros o simplemente disparábamos sobre un calambuco puesto encima de una peña.
LAS FLECHAS.
Otras veces nos convertíamos en Robin Hood haciendo un arco con un palo y una cuerda. Después construíamos flechas con las varillas de los paraguas viejos que afilábamos pacientemente en los ladrillos de las paredes. Probábamos nuestras habilidades con este aparato dibujando dianas en las puertas de los tinados y casas deshabitadas y disparando sobre ellas. Este juguete no dejaba de tener su peligro y se dio algún caso de pérdidas de ojos y heridas debidas a las jodías flechas de varillas de paraguas.

LOS CABALLOS.

En muchas ocasiones, tratábamos de emular a los héroes de la películas del Oeste o de romanos, montando los caballos en que se convertía una caña o un palo que metíamos entre las piernas y sujetábamos con una mano. Con la otra empuñábamos una piedra, que era una pistola, y con la boca emitíamos los sonidos que eran los disparos. Había algunos que eran verdaderos maestros para imitar esa clase de sonidos. Otras veces blandíamos unas varas, que se convertían en espadas, a las que colocábamos un trozo de suela de goma de los zapatos viejos que nos encontrábamos y que nos servía de protección de las manos. Con estas “armas” y otras parecidas entablábamos tremendas batallas cuando jugábamos a “Las guerras” en las afueras del pueblo, en el cerro ”Gordo” o en la “Plazoleta el Santo” y el “Cuartel viejo” que después se convirtió en grupo escolar y más tarde en el Ayuntamiento.

SAN ANTÓN.
El 17 de enero se celebra el día de San Antón patrón de los animales. En Orellana nunca ha sido una fiesta tan señalada como en nuestra vecina Navalvillar de Pela pero recuerdo que, llegada esta fecha, se buscaban en los doblados de las casas todos los “campanos”, cencerros, esquilas y campanillas que había y hacíamos una ristra de estos objetos sonoros engarzándolos en una cuerda o correa. Nos lo poníamos en bandolera y salíamos por las calles del pueblo a “correr los campanos”. De vez en cuando nos parábamos y uno decía:
“ San Antón tiene un burro
Y no tiene albarda
Y otro santo le dice:
Que se la haga…”