Compramos energía a futuro

ORELLANA LA VIEJA: He oido decir, he leido estos dias que el panorama...

He oido decir, he leido estos dias que el panorama político está revuelto por el tema de la corrupción. Una vez mas los escandalos protagonizados por los representantes públicos copan las portadas de Diarios e informativos trasladando al ciudadano de a pie la desazón y desconfianza en la clase política que tantas veces han constituido en la historia el caldo de cultivo para la aparición de salvadores de la Patria. Historicamente esta enfermedad ha atacado a todas las sociedades, constituyendo una de las causas principales para la desaparición de culturas avanzadas.
En el caso que nos ocupa urge la necesidad de articular medidas que acoten, reduzcan, disminuyan y erradiquen tamaña lacra, no hablemos de la coerción que debe ejecerse contra quienes caen en tales practicas, que ya desde todos lados se solicitaran los castigos pertinentes y las absoluciones deseadas, sino indaguemos en las causas originarias no metafisicas del suceso. Se me ocurre que quizas uno de los motivos por los que los partidos políticos caen en estas redes sea por el actual sistema de financiación que poseen y la falta de acotación de gastos que les está permitida y que de una manera u otra acaban revertiendo en el ciudadano, así recuerdo el experimento de Miguel Roca que monto un partido para trasladar la influencia de los nacionalistas catalanes al resto de Estado y acabo desapareciendo dejando un montante de deudas considerables que nunca fueron pagadas. Unidas a estas dos causas primarias me atrevo a deducir que la actual Ley Electoral podrí ser un tercer motivo, una Ley que nace en el momento de la Transición, donde se renunciarón a Principios, sacrificando postulados para facilitar el consenso pero que luego se ha demostrados lo injusto de determinados acuerdos que condenan al ostracismo a las minorias haciendo que uno de sus representantes tenga un costo en votos muy superior al de los miembros electos de los grandes partidos facilitando así el bipartidismo que permite imponer al resto las decisiones que favorecen a los dos partidos hegemónicos perpetuando sus privilegios sobre el resto. Quiza la modificación de esta Ley podría ser la tercera medida a tomar.
Seguro que disto mucho de estar en lo cierto, pero como miembro de una sociedad que rechaza estas situaciones, no puedo por menos que ser optimista y pensar que esto puede tener solucion y que no es tan complejo mejorar.