Milord informa.
Crónica Orellanense.
Todavía no a amanecido, con hoy llevamos cuatro días de Sol acariciador, parece como si el tiempo quisiera sentar la cabeza, tal vez arrepentido de su falta de consideración en los primeros días de este mes. No sabemos si el cambio será duradero, porque aunque el Barómetro ese parece garantizarlo con la subida hecha en estos días, no debemos fiarnos mucho de este “cachivache” barométrico porque a lo mejor resulta un pronosticador mas, que pérfidamente nos engaña. Esta mañana poco a poco se irán disipando las sombras y se comenzara a escuchar el alegre murmullo de los pajarillos que volaran libres y dichosos surcando el cielo retozones y parleros en pequeñas bandas. Las misteriosas sombras de la noche se irán ahuyentándose y los escasos arbolitos se mostraran gozosos al presentar sus tiernos brotes, que pronto se convertirán en verdes hojuelas que se mecerán arrogantes mostrando sus galas, imagino escuchar al río, el murmullo del agua que parece que ríe, que parece que canta y el chorro de agua movible de la desaparecida fuente “Basta”, que hablaba de amores, que me traen a la memoria recuerdos de idilios antiguos que ella presenciara cuando las mocitas con sus cantaros a cuesta bajaban a por agua, pero la fuente “Basta” ya no cantara más su sonata porque irremisiblemente se encuentra “Enterrada” y ella ya no hablara de amores ni de dichas futuras a las mocitas que tampoco bajaran a por sus aguas.
Seguid pajarillos, seguid con vuestro bonitos cantos les diré silbándoles esta mañana, y a los árboles que sus tiernos brotes sientan el viento suave que pase entre sus ramas y besen sus hojas, sus flores, que al sentirse acariciadas pronuncien muy quedas palabras de amor, palabras estas que ya nunca más escucharemos en los caños de nuestra fuente “Basta” y es que el amor es igual a los recuerdos, que al principio tomando forma de fuego muy lentamente se extiende, se extiende y se agranda, pero que al fin acaba apagándose.
Quizás hoy me encuentre un poco “chungo o nostálgico, no se” con toda mi amistad a S. S. Desde nuestro pueblo. Víctor Sanz.
Crónica Orellanense.
Todavía no a amanecido, con hoy llevamos cuatro días de Sol acariciador, parece como si el tiempo quisiera sentar la cabeza, tal vez arrepentido de su falta de consideración en los primeros días de este mes. No sabemos si el cambio será duradero, porque aunque el Barómetro ese parece garantizarlo con la subida hecha en estos días, no debemos fiarnos mucho de este “cachivache” barométrico porque a lo mejor resulta un pronosticador mas, que pérfidamente nos engaña. Esta mañana poco a poco se irán disipando las sombras y se comenzara a escuchar el alegre murmullo de los pajarillos que volaran libres y dichosos surcando el cielo retozones y parleros en pequeñas bandas. Las misteriosas sombras de la noche se irán ahuyentándose y los escasos arbolitos se mostraran gozosos al presentar sus tiernos brotes, que pronto se convertirán en verdes hojuelas que se mecerán arrogantes mostrando sus galas, imagino escuchar al río, el murmullo del agua que parece que ríe, que parece que canta y el chorro de agua movible de la desaparecida fuente “Basta”, que hablaba de amores, que me traen a la memoria recuerdos de idilios antiguos que ella presenciara cuando las mocitas con sus cantaros a cuesta bajaban a por agua, pero la fuente “Basta” ya no cantara más su sonata porque irremisiblemente se encuentra “Enterrada” y ella ya no hablara de amores ni de dichas futuras a las mocitas que tampoco bajaran a por sus aguas.
Seguid pajarillos, seguid con vuestro bonitos cantos les diré silbándoles esta mañana, y a los árboles que sus tiernos brotes sientan el viento suave que pase entre sus ramas y besen sus hojas, sus flores, que al sentirse acariciadas pronuncien muy quedas palabras de amor, palabras estas que ya nunca más escucharemos en los caños de nuestra fuente “Basta” y es que el amor es igual a los recuerdos, que al principio tomando forma de fuego muy lentamente se extiende, se extiende y se agranda, pero que al fin acaba apagándose.
Quizás hoy me encuentre un poco “chungo o nostálgico, no se” con toda mi amistad a S. S. Desde nuestro pueblo. Víctor Sanz.