Milord Informa.
Por fin Don Febrero parece que se ha calmado un poco, y nos ha deleitado con dos días sin nubes ni nieblas y es que el sol de Febrero es simpático, acariciador, mimoso. Hoy en mi cotidiano paseo hacia la panadería, amanecía con un horizonte excesivamente gris al fondo se dibujaba la sierra de Lares cuya base era difuminada por la bruma y en su cima se distinguía vagamente la imponente mole del castillo de Puebla, a los pocos minutos el cielo se iba haciendo blanquecino, por ultimo azul, entonces se destaco brillando en las cercanías de la Lareña sierra y se fue elevando poco a poco como un disco de oro encendido, el dios de luz y el calor, el Sol. Es en esta época cuando hace despertar de su letargo a la durmiente Tierra, a la entumecida Naturaleza; las lagrimas de rocío que en estas noches invernales suelen caer depositándola en forma de escarcha sobre la rala hierba y las esqueléticas plantas, eran bien pronto enjugadas por este Sol amoroso con sus besos de pasión amantísima. Los demás seres incluyéndome yo, me parece que le debemos de dirigir miradas de reconocimiento y gratitud eternos por el calorcito que nos proporciona.
Para seguir con un dicho refranero, Pina que es una hija de perra a buscado la sombra.
Y como no me gustan los malos entendidos, aclarare que Pina es el nombre de mi perra y por lo tanto es una hija de perra. (Máximo Pastor lo entenderá, esta anécdota se la escuche a el). Desde nuestro pueblo. Víctor Sanz.
Por fin Don Febrero parece que se ha calmado un poco, y nos ha deleitado con dos días sin nubes ni nieblas y es que el sol de Febrero es simpático, acariciador, mimoso. Hoy en mi cotidiano paseo hacia la panadería, amanecía con un horizonte excesivamente gris al fondo se dibujaba la sierra de Lares cuya base era difuminada por la bruma y en su cima se distinguía vagamente la imponente mole del castillo de Puebla, a los pocos minutos el cielo se iba haciendo blanquecino, por ultimo azul, entonces se destaco brillando en las cercanías de la Lareña sierra y se fue elevando poco a poco como un disco de oro encendido, el dios de luz y el calor, el Sol. Es en esta época cuando hace despertar de su letargo a la durmiente Tierra, a la entumecida Naturaleza; las lagrimas de rocío que en estas noches invernales suelen caer depositándola en forma de escarcha sobre la rala hierba y las esqueléticas plantas, eran bien pronto enjugadas por este Sol amoroso con sus besos de pasión amantísima. Los demás seres incluyéndome yo, me parece que le debemos de dirigir miradas de reconocimiento y gratitud eternos por el calorcito que nos proporciona.
Para seguir con un dicho refranero, Pina que es una hija de perra a buscado la sombra.
Y como no me gustan los malos entendidos, aclarare que Pina es el nombre de mi perra y por lo tanto es una hija de perra. (Máximo Pastor lo entenderá, esta anécdota se la escuche a el). Desde nuestro pueblo. Víctor Sanz.