36 años despues del brutal asesinato de este poeta del pueblo se le ha podido rendir homenaje de despedida. La ingnominia cometida con él fue tal que tuvo que ser enterrado a escondidas para salvaguardar sus restos. No fué suficiente con acallar la voz de Chile, no fue suficiente con bombardear el palacio de la moneda con el presidente Allende dentro, quizas por miedo a que desde el mas allá siguieran arrancando acordes a su guitarra tambien tuvieron que cortarle las manos. Ayer volvio a recorrer las calles nuevamente de lo que fué Santiago ensangratada en una vieja plaza liberada se volvio a llorar por los ausentes.
En el recuerdo siempre, descanse en paz.
En el recuerdo siempre, descanse en paz.