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ORELLANA LA VIEJA: Milord informa....

Milord informa.
Crónica Orellanense.
“ a Pela se va a por peras”, reza una canción antigua, muy bonita y que se canta mucho en Orellana la Vieja: las tales peras llamada “cirujanas”, seguramente por el bien que hacían al organismo como hace muchos cirujanos, o por que eran muy pequeñas, encogías y ramplonas como algunos políticos actuales, “yo desde luego no lo se”. Este fruto lo traían los hortelanos Peleños en burro desde su hermoso valle serrano para venderlas en las calles de nuestro pueblo.
Navalvillar de Pela, bonito pueblo ¡a que si!, no hay que decir lo que habrán disfrutado en la noche de San Fulgencio los Orellanenses que se acercaron a ver la Carrera.
Los Peleños, amantes de esta antigua tradición, favorecidos por un tiempo tan complaciente rebosaban de alegría y entusiasmo. La escandalera y el jaleo no desapareció de sus calles, hasta bien entrada la mañana del día siguiente, todo por no consentir que se pierda la tradición. Comparsas (cuadrillas) compuestas de hombres, mujeres y chiquillos, cada cual armado de sus correspondiente instrumentos de tortura de oídos ajenos, armando una algarabía espantosa, como para espantar el sueño de los infelices que seguro se retorcían en su lecho tratando en vano de conciliarlo.
Pero es que solo viendo el entusiasmo y la ilusión que ponen los Peleños en su fiesta cuando se puede hacer un buen juicio de ello, la solidaridad reinaba por doquier la alegría se contagiaba a los que desde otros pueblo llegaban para participar, ya fuere como huésped o como para lucir hermosos caballos en la carrera.
Según cuenta la tradición, las huestes moras rondaban por las cercanías de la pequeña villa y los ciudadanos tuvieron la acertada idea de hacer muchas hogueras, tantas como pudieron, al mismo tiempo hicieron correr a todos sus cuadrúpedos tan alocadamente que el polvo levantado, la escandalera armada y la luz de las hogueras se veía desde donde estaban la jarca mora que asustados, se largaron de allí como suele decirse con el rabo entre las piernas.
Admirable el tesón, la ilusión y el entusiasmo de esta gente por sus tradiciones. En hora buena, Peleños. Desde nuestro pueblo. Víctor Sanz.