Milord informa.
Cronica de un Extremeño.
Esta es la historia de un Extremeño muy peculiar y que yo copio de unas hojas impresas que seguro pertenecen a algún libro que se edito en su tiempo 1975 por un señor llamado Carlos Vicuña, el titulo puede ser “Anécdotas del Escorial. (no estoy muy seguro porque yo solo poseo 6 paginas.
Refiere este escritor la historia de un “proto Dioni” llamado Rafael Corraliza, extremeño el, empleado de la pagaduría de las obras del monasterio escurialense, que sintiéndose mortificado por el olorcillo de los doblones que de continuo trasegaba sin poder hincarles el diente, echóselos una tarde al cinto y largóse silbando a Portugal por la vereda de Robledondo. Al caer la noche, andaba ya este precursor de Roldán por el monolito de la Torrecilla cuando, al hollar la sima de los pastores –entonces tremedal tapizado de hierba -, se lo tragó de súbito la tierra. Y hubo quienes, a falta de Interpol, atribuyeron al Lorenzo que hay esculpido en la fachada herreriana su santa intercesión en este lance. Cubierta posteriormente con ramas y piedras – no para dar sepultura al mal pagador, que no la merecía, sino para evitar que las vacas metieran la pezuña-, la sima de marras ha perdido ya mucho de su morbo pero sigue siendo destino pintiparado para toda suerte de fugitivos.
Es una historia muy bonita, bien escrita y larga por lo que la transcribiré en varios artículos espaciados. Y es para la atención de todos los que escriben y para los que no,
Que ya podían mover un poco más el bolígrafo y escribir algo. Desde nuestro pueblo. Víctor Sanz.
Cronica de un Extremeño.
Esta es la historia de un Extremeño muy peculiar y que yo copio de unas hojas impresas que seguro pertenecen a algún libro que se edito en su tiempo 1975 por un señor llamado Carlos Vicuña, el titulo puede ser “Anécdotas del Escorial. (no estoy muy seguro porque yo solo poseo 6 paginas.
Refiere este escritor la historia de un “proto Dioni” llamado Rafael Corraliza, extremeño el, empleado de la pagaduría de las obras del monasterio escurialense, que sintiéndose mortificado por el olorcillo de los doblones que de continuo trasegaba sin poder hincarles el diente, echóselos una tarde al cinto y largóse silbando a Portugal por la vereda de Robledondo. Al caer la noche, andaba ya este precursor de Roldán por el monolito de la Torrecilla cuando, al hollar la sima de los pastores –entonces tremedal tapizado de hierba -, se lo tragó de súbito la tierra. Y hubo quienes, a falta de Interpol, atribuyeron al Lorenzo que hay esculpido en la fachada herreriana su santa intercesión en este lance. Cubierta posteriormente con ramas y piedras – no para dar sepultura al mal pagador, que no la merecía, sino para evitar que las vacas metieran la pezuña-, la sima de marras ha perdido ya mucho de su morbo pero sigue siendo destino pintiparado para toda suerte de fugitivos.
Es una historia muy bonita, bien escrita y larga por lo que la transcribiré en varios artículos espaciados. Y es para la atención de todos los que escriben y para los que no,
Que ya podían mover un poco más el bolígrafo y escribir algo. Desde nuestro pueblo. Víctor Sanz.