OFERTA LUZ: 5 Cts/kWh

ORELLANA LA VIEJA: Pues razón tendrá, por que las madres siempre tienen...

Jajaja!
Las niñas no llegábamos a esos extremos, pero también había rivalidades y a las de la plaza nos llamaban PISTOSAS, que debe ser algo así como presumidas o pijas.

Yo de lo que me acuerdo es cuando jugábamos a las casitas.
Hacíamos como una especie de plano en el suelo con piedras, demarcando los dormitorios, la cocina, el salón, la entrada de la casa, etc. Luego en el salón, con piedras más grandes, hacíamos la mesa, las sillas y cuando nos daba tiempo hacíamos comiditas con hojas de geráneos y otras y machábamos TEJOLIQUES o trozos de ladrillos, para hacer pimentón. Y digo si nos daba tiempo, porque casi siempre cuando terminábamos de hacer la casita nos llamaban nuestras madres para volver a casa y allí se quedaba el trabajo de toda la tarde sin oprovechar para que vinieran otras a deshacerlo todo. Pero éramos persistentes y al dia siguiente vuelta a empezar. La verdad es que lo pasábamos bien y nos entreteníamos mucho.
Antes jugábamos a las casitas hasta muy mayores, yo recuerdo que los findes salía con un chico y entre semana seguía jugando a las casitas, con mi amiga Toñi, Flori, Pepi, Isabelita, etc.
Ahora sinembargo los chicos se aburren un montón, los sacas de la Play y el ordenador y ya no saben qué hacer.
Os invito a que cada uno cuente un juego de aquellos tiempos, hay muchos.

Juana yo quise jugar una vez con mi hermana a las cocinitas y no me dejo... le pegue mi madre me castigo... y ya no quise jugar mas... me lo pasaba mejor jugando con mis hermanos a indios y vaqueros. jajaja... por eso mi madre me llamaba MACHO CABRIO.

Pues razón tendrá, por que las madres siempre tienen razón, por aquí se dice Macho rucio