Milord informa.
Vicente Pérez, tengo aquí una fotografía en la que estas dando tus primeros pasos como futbolista, estas junto a Taboada, Juan Ramito Vicente el Michorro (que tiene el balón entre las manos) luego estas tu junto a el y creo que uno de los narizones que vivían al pie de las eras, ya veré la forma de que alguien te la pueda subir al foro, también están Manolo Díaz, Emilio Montero, Juan Pedro el cacharrero y Miguel Costa.
CRÓNICA ORELLANENSE.
Cuando en los comienzos de la estación invernal disfrutábamos de aquellos días de nieblas no muy frías pero desagradable, nos hacíamos la bella ilusión de que el presente invierno sería más benigno sin que los fríos intensos nos hicieran sentir sus rigores.
La ilusión fue breve y fugaz a la par que bella; los fríos intensos no han tardado en presentarse, y helos aquí con su acompañamiento de heladas atroces, que blanquean los tejados dándoles un aspecto tierno y poético, encantador para el que pueda admirarlos desde un buen brasero de “picón”, y aterrador para el que los contempla desde la calle y a cuerpo gentil. El viento sopla silencioso una veces y huracanado otras, llegando con su filo cortante y helado hasta la médula de los huesos y haciendo que se estremezca de espanto nuestro esqueleto.
Nunca mejor que ahora un dicho de pastores que se decía en Orellana la Vieja “Que hiele, que hiele hasta que el rabo se las pele” en clara alusión a las ovejas.
Desde nuestro pueblo. Víctor Sanz.
Vicente Pérez, tengo aquí una fotografía en la que estas dando tus primeros pasos como futbolista, estas junto a Taboada, Juan Ramito Vicente el Michorro (que tiene el balón entre las manos) luego estas tu junto a el y creo que uno de los narizones que vivían al pie de las eras, ya veré la forma de que alguien te la pueda subir al foro, también están Manolo Díaz, Emilio Montero, Juan Pedro el cacharrero y Miguel Costa.
CRÓNICA ORELLANENSE.
Cuando en los comienzos de la estación invernal disfrutábamos de aquellos días de nieblas no muy frías pero desagradable, nos hacíamos la bella ilusión de que el presente invierno sería más benigno sin que los fríos intensos nos hicieran sentir sus rigores.
La ilusión fue breve y fugaz a la par que bella; los fríos intensos no han tardado en presentarse, y helos aquí con su acompañamiento de heladas atroces, que blanquean los tejados dándoles un aspecto tierno y poético, encantador para el que pueda admirarlos desde un buen brasero de “picón”, y aterrador para el que los contempla desde la calle y a cuerpo gentil. El viento sopla silencioso una veces y huracanado otras, llegando con su filo cortante y helado hasta la médula de los huesos y haciendo que se estremezca de espanto nuestro esqueleto.
Nunca mejor que ahora un dicho de pastores que se decía en Orellana la Vieja “Que hiele, que hiele hasta que el rabo se las pele” en clara alusión a las ovejas.
Desde nuestro pueblo. Víctor Sanz.