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ORELLANA LA VIEJA: LA CUARESMA....

LA CUARESMA.
“Memento homo quid pulvis eris, et in púlvere reverteris” (Recuerda hombre que eres polvo y en polvo te convertirás). Esta frase que, el Miércoles de Ceniza, nos decía el Sacerdote a la vez que nos hacía la señal de la Cruz con los dedos untados de ceniza, no era solo un recordatorio de nuestra naturaleza y nuestro futuro, era también el anuncio de que el Carnaval había terminado y comenzaba la Cuaresma, tiempo de penitencia y recogimiento.
Este periodo de tiempo era el escogido por los católicos, todo el pueblo, para cumplir tres de los cinco Mandamientos de la Iglesia que, según la versión del antiguo catecismo Ripalda eran: el segundo que ordena “confesar, al menos una vez, dentro del año, por la Cuaresma o si se ha de comulgar.”; el tercero que dice: “Comulgar por Pascua Florida” y el cuarto que era:” Ayunar cuando lo manda la Santa Madre Iglesia”. El cumplimiento de estos Mandamientos es lo que se llamaba en nuestro pueblo “Cumplir con la Iglesia”.
Para ello todos los jóvenes de ambos sexos tenían que acudir a “La Doctrina” por las noches en la iglesia. Allí se repasaba el antes mencionado Catecismo de Ripalda y después el Cura los examinaba. Si respondías bien te daba una estampa que era tu “Cédula”. Con ella podías acudir a confesar y comulgar cualquier día. Después pasabas a la sacristía donde el cura tenía unos cuadernos y apuntaba el nombre y dirección de los que habían “cumplido”. Esto te permitía casarte durante el año y ser padrino o madrina en bautizos y bodas. Si no sacabas la Cédula” no podías hacer ninguna de esas cosas.
La verdad es que muchos mozos y mozas lo pasaban mal pues había mucho analfabetismo y muchos aprendían las cosas de memoria sin comprenderlo. Al hilo con todo esto, se cuenta una anécdota muy graciosa que le ocurrió a un mozo que era pastar y el hombre sabía poco de letras, pero sí de ganado.
Dicen que le preguntó D. Ramón en la Doctrina: “Fulano, ¿Quién es Jesucrito?”. El joven no supo contestarle. Entonces el Cura le dijo: “Jesucristo es el Hijo de Dios, el Cordero Divino; ¿Te vas a acordar el año que viene?”.- Sí señor- respondió el pastor y se fue con sus “calabazas”. Al año siguiente volvió y D. Ramón, que se acordaba perfectamente del sujeto, le hizo la misma pregunta:”Fulano, ¿Quién es Jesucristo?. El pastor, ni corto ni perezoso contestó: “ Jesucristo es un CARNERO Divino”. Lleno de estupor el cura replicó: ¡Pero hombre, no te dije el año pasado que Jesucristo era el Cordero Divino?. “Si señor- repuso el joven- pero como los corderos, al año son carneros…”
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
Cuando dabamos la doctrina, antes de comulgar, dabamos el catecismo en la iglesia, haciamos un corro de un monton de muchachos y D. Ramon te iba preguntando, que la sabias y el que iba delante de tí si no lo sabia le adelantabas, los cuatro primeros que quedaban el dia de la comunión sacaban al niño en la procesion y los cuatro siguientes le entraban en la iglesia, era como un premio por saberte el catecismo.