Un arco de entrada al teatro romano, MERIDA

En épocas posteriores Mérida sufrió incursiones de los pueblos bárbaros hasta el asentamiento de los suevos, que la hicieron capital de su reino en el siglo V bajo el mandato de Requila. Posteriormente la ciudad también fue capital del Reino Visigodo, y por lo tanto de Hispania, en el siglo VI bajo el mandato de Agila I. En el siglo VI sobresalen las figuras de varios obispos, los llamados Santos Padres de Mérida, y el cristianismo se arraiga con fuerza. De esta fe popular da muestra la figura de la mártir santa Eulalia, patrona y alcaldesa perpetua de la ciudad. Período de las grandes migraciones es un período situado entre el siglo III y el siglo VII d. C que afectó a extensas regiones de la zona templada de Eurasia, y que acabó provocando la caída o desestabilización de grandes imperios consolidados el Imperio romano, el Imperio sasánida, el Imperio Gupta o el Imperio Han. Requila o Rékhila (438-448) fue rey de los suevos desde 438 hasta su muerte, segundo monarca del reino suevo en Gallaecia. El Reino visigodo fue una entidad política establecida por el pueblo visigodo tras su asentamiento en una parte de la actual Francia y la península ibérica, en la época de las invasiones germánicas, que perduró durante buena parte de la Alta Edad Media, ocupando territorios en las Galias, Gallaecia e Hispania, en sus diversas etapas. La Hispania visigoda es la denominación del período histórico que abarca el asentamiento del pueblo visigodo en la península ibérica, entre mediados del siglo V y comienzos del siglo VIII. Agila I fue elegido rey de los visigodos de Hispania en 549 tras el asesinato de Teudiselo. Su reinado duró hasta 555. Con el nombre de Santos Padres de Mérida se denomina a los santos Pablo, Fidel y Masona, que fueron prelados de la ciudad de Emerita Augusta, actual Mérida, durante los siglos VI y VII, época de esplendor de la sede arzobispal emeritense. Su culto ha estado olvidado durante varios siglos sin embargo, el actual arzobispo de Mérida-Badajoz, don Santiago García Aracil, ha recuperado para el santoral propio de la archidiócesis extremeña la memoria de estos santos obispos y arzobispos de Mérida, cuya festividad se celebra el 14 de noviembre. El cristianismo es una religión abrahámica monoteísta basada en la vida, enseñanzas y milagros de Jesús de Nazaret, tal y como se presentan en el Nuevo Testamento, que es la segunda parte de la Biblia, el libro sagrado de los cristianos. Con 2400 millones de seguidores, una de cada tres personas en el mundo es cristiana, por lo que es la religión más extensa del mundo. Los cristianos creen que Jesús es el hijo de Dios, así como el Mesías profetizado en el Antiguo Testamento, que sufrió, fue crucificado, descendió al infierno y resucitó de entre los muertos para dar vida eterna a quienes crean y confíen en él para la redención de sus pecados. Las cuatro ramas más importantes del cristianismo son el catolicismo, el protestantismo, la Iglesia ortodoxa y las Iglesias ortodoxas orientales. El movimiento que busca restaurar la unidad de la Iglesia cristiana recibe el nombre de ecumenismo. Santa Eulalia de Mérida fue una santa cristiana que padeció el martirio en la ciudad de Augusta Emerita, actual Mérida, bajo las persecuciones del emperador Diocleciano. La noticia de la vida y martirio de la santa emeritense se expandió rápidamente por el Imperio Romano, convirtiendo a la ciudad en uno de las metas más importantes de peregrinación de Europa occidental durante la alta Edad Media. De hecho, y hasta la proclamación de Santiago Apóstol, Eulalia fue invocada como protectora de las tropas cristianas en la Reconquista y patrona de las Españas. Actualmente, ostenta el título de alcaldesa perpetua de Mérida y patrona de dicha ciudad. Asimismo, ejerce su patronazgo sobre la Archidiócesis de Oviedo y sobre numerosas localidades de España, Portugal, Italia, Hispanoamérica... Desde 2012 es también patrona de la juventud de la Archidiócesis de Mérida-Badajoz.
(18 de Abril de 2019)