(1) EL REBUSCO.
Yo fui un crío con suerte: porque para juir del hambre, sólo hube de sufrir el frío. En la época del Difunto, con alguna excepción, casi todos fuimos niños trabajadores; hoy me viene a la memoria una de las tareas infantiles que realizábamos por estas fechas de invierno: EL REBUSCO.
Una vez se daba por recogida la cosecha, los niños buscábamos y recogíamos, una aquí y otra allá, las pocas aceitunas que yacían bajo la costra de escarcha que cubrían los terrones de los campos jabeños: ... (ver texto completo)
Yo fui un crío con suerte: porque para juir del hambre, sólo hube de sufrir el frío. En la época del Difunto, con alguna excepción, casi todos fuimos niños trabajadores; hoy me viene a la memoria una de las tareas infantiles que realizábamos por estas fechas de invierno: EL REBUSCO.
Una vez se daba por recogida la cosecha, los niños buscábamos y recogíamos, una aquí y otra allá, las pocas aceitunas que yacían bajo la costra de escarcha que cubrían los terrones de los campos jabeños: ... (ver texto completo)