Una vez mas, sentada en una
piedra que recreo mi infancia, siento esconderse el sol junto con mis travesuras, mis
juegos infantiles.Cada palmo de
montaña, cada
escudo corroido, cada una de sus betustas
piedras han sido testigo de los muchos hechos cotidianos.
Testigo de los ojos sorprendidos del niño que por primera vez se enfrenta a la aventura de transpasar la historica
puerta de cientos de le leyendas, de aquellos enamorados que marcaron un corazon con sus nombres, del
joven incomprendido que
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