LA HABA: En esta Extremadura nuestra, territorio totémico y...

Bien dicho pedro. Escribe un libro para que todas esas palabras que te fluyen de msnera natural esten en armonia con alguno de los temas que tan bien dominas

Bueno, algo tengo por ahí. Si te vale, te cuento que estoy liado con un guión de cine que es algo que desde hace tiempo tenía el capricho de probar pues la descripción de ambientes y los diálogos es algo que me apasiona. Aquí, querido y desconocido amigo, sólo venden libros ya los grandes escritores de best sellers (el 21 % de IVA ha resultado letal), de esa literatura de quiosco o aeropuerto y dudosa calidad que le sirve a la gente para evadirse de las miserias cotidianas aunque no aloje ni un solo pasaje memorable en su memoria. En cualquier caso, si se reúnen las cerca de mil críticas de cine y pequeños ensayos (psychokillers en el cine, Cine-espejo de la deformación, Distrito Apache: rebelión en las aulas, Cine y feminismo, etc.) que tengo escritos y publicados darían para varios volúmenes.

Mi único triunfo es que, cuando escribo de temas políticos, sociales y culturales me felicitan hasta mis más encendidos adversarios de la comarca, y algunos de ellos –no en el ámbito local, por supuesto, a los que al parecer les importo una mierda- me han confesado últimamente que les hubiera gustado contar con mi concurso en sus proyectos políticos, pero como los partidos siguen funcionando al modo de los Apparatchik soviéticos no aceptarían de buen grado mi integral independencia a pesar de que ello les daría prestigio y no serían tildados de sectarios. Ya sabrás, que yo no he militado, ni milito ni militaré jamás en ninguna formación política y que, a pesar de lo que pueda parecer, me interesa mucho más la cultura en el más amplio sentido de la palabra, que tendría que contar con un presupuesto más alto en las administraciones locales, y es precisamente en esa área en donde noto la mayor carencia por parte de los gobiernos en nuestro pueblo, comarcas y autonomía. Por supuesto, yo haría las cosas de otra manera, tengo mis ideas para ello y no las voy a vender gratis en un mundo en donde todo el mundo cobra hasta por escupirte. Sin embargo, estoy convencido -y gracias a algunos contactos- que esas ideas serían aceptadas de buen grado por los jóvenes y los sectores más dinámicos de nuestro entorno. Cualquier persona inteligente sabe que si no hay cultura no hay democracia, y aquí, insisto, eso es un déficit importante.

Un abrazo, amigo, tómate algo fresquito a mi salud. También para ti, querido Leganés, los dos seguiremos disfrutando de las cosas que al parecer no sirven para nada, admirando esa belleza que nos hará confesar que hemos vivido.

Gracias, Pedro: ¡chin-chin!, brindo por tu salud. Y dices bien, seguiré disfrutando de todo lo que, a mi entender, valga la pena: salvando las distancias con don Pablo, creo questoy viviendo, lo confieso.

«Un profeta sólo en su patria y en su casa carece de prestigio», dicen que dijo el evangelista Mateo de un tal Jesús de Nazaret. Escribo esta manida frase como subrayado a lo que afirmas de no encontrar en el ámbito jabeño el eco y reconocimiento tan generosos que te dispensan otros lectores más lejanos, incluso los adversarios; pero el silencio mostrado por el jabeñerío -que tú equiparas con la indiferencia, por no repetir literalmente tu expresión- puede que sea un posicionamiento nada desdeñoso, no tiene por qué ser así, vaya: el silencio, querido primo, es un posicionamiento como otro cualquiera pero al que es muy difícil rebatir. Yo que tú, aun sin contrapartida, lanzaría esas ideas que anidan en tu cabeza para el mejoramiento de la cultura: ¿por qué no cambias las ácidas críticas por ideas renovadoras?

Recibe un abrazo con mucho afecto,

Ces´t la vie

Porque, como Pasolini, el mundo que veo no me gusta, y eso sería como cambiar de piel, tener un alma en cada almario, y ya estamos rodeados de bastantes máscaras y disfraces. Montesquieu, profundizando en las ancestrales hostilidades entre españoles y franceses, lanzó una de las sentencias más elegantemente mordaces que se recuerdan, y agradecía a los españoles "que, despreciando sistemáticamente a todos los demás, dedicaran sólo a los franceses el placer de odiarlos".

Somos, en verdad, mucho más chovinistas que ellos y pocos pueblos tienen más querencia por el desprecio y el odio. Somos maestros de la insidia, medradores y turiferarios de la peor especie, muy propensos a las exageraciones infantiles y carentes de la madurez psíquica que requiere una sociedad desarrollada. Contaré una anécdota más:

Me encuentro sentado en una terraza tomando mi elixir favorito en compañía de mi mujer y mi hijo pequeño. En una mesa cercana se discute sobre la violencia en los Estados Unidos, las sistemáticas masacres que se producen a un lado y otro de ese extenso país de forma cada vez más continua, el nulo control sobre las armas de fuego, el racismo intrínseco de una parte de la sociedad (que, recordemos, tiene un presidente negro) y la escasa pedagogía sobre el respeto a la convivencia y los más elementales derechos cívicos. Todo esto contado a mi manera, claro está, porque sus argumentos eran mucho más endebles aunque fácilmente comprensibles. Requieren mi opinión, y con la habitual pereza que me acompaña en los últimos años respondo, no sin antes percatarme de que casi todos ellos son cazadores:

-No sé si sabéis que Rusia tiene un índice de criminalidad cinco veces más alto que los Estados Unidos. En cárceles de máxima seguridad como El Delfín Negro, de la que jamás ha escapado un preso y que está señalada como una de las más inhumanas por todas las asociaciones de derechos humanos, están encerrados asesinos con decenas de crímenes a sus espaldas, violadores de niños de la peor especie y hasta caníbales. Uno de los peores asesinos en serie de la historia, Andrei Chikatilo (que agredió sexualmente, asesinó y mutilo a un mínimo 52 mujeres y niños entre 1978 y 1990) estuvo campando a sus anchas por la URSS sin que sus crímenes se investigaran porque en el “paraíso comunista” no existían los crímenes, una aberración que sólo concierne a los países capitalistas. Sería largo hablar de los campos de prisioneros diseminados por toda Siberia. Pero, vosotros sois cazadores ¿no? -pregunto-.

-Sí, claro.

-Y ¿qué pasa, que una escopeta y un rifle de caza no son armas de fuego? ¿No matan? ¿Hará falta que recuerde la matanza de Puerto Hurraco?

-Bien, España no es Suiza -continúo- pero si multiplicamos el número de rifles y escopetas (varias por cada cazador) arrojará una cifra equiparable, si la comparativa se ajusta al número de habitantes, a la de Estados Unidos. Para terminar, os recomendaré una película española titulada “El rey de la montaña”.

Ni que decir tiene que una consulta rápida en el móvil de unos de ellos acabó dándome la razón respecto a lo de Rusia. Así, una fragilidad esencial, una hipocresía provinciana preside nuestras vidas. Yo, Leganés, lo veo como algo impersonal, pero no es difícil adivinar cuáles son los orígenes de esa verdad oscura que nos lleva a persistir en los clichés, en las soluciones simplistas e irreflexivas que hacen que los impulsos se impongan siempre a la razón. Abducidos por las filias y las fobias, pertenecemos a una subcategoría rebosante de suficiencia, de torva megalomanía e intelectualismo de casino. Sinceramente, a veces es preferible la soledad, aunque sea una representación dramatizada, y el premio de la independencia es demasiado jugoso como para no sentirse abrumado por tanta vulgaridad.

Pos no sé, hombre, si tú expusieras cristalinas tus ideas, que son “tuyas”, que crees en ellas, no creo que añadieras disfraz alguno a este teatro mitad trágico mitad cómico en que hemos convertido la modernidad: sino questarías, ya digo, alumbrando el camino para alcanzar la verdad clara.

Convengo contigo en la desmesurada suficiencia de mucho españolito de “torva megalomanía e intelectualismo de casino”, cuánta razón llevas, por dios bendito (la frase es pa enmarcarla) pero, insisto, yo creo que las ideas -si son frescas, inéditas- hay que exponerlas generosamente para hacer pensar al personal. Aun estando como está este mundo, ¿te imaginas hasta qué abismos caería si los que –lejos de impulsos- razonan, investigan y concluyen en resultados positivos…, se llevasen a la tumba sus logros?

Jejeje, bueno, todo ello te lo digo en aras de picarte para quextiendas tus fervorosas intervenciones y ver la forma y manera de resolver las cuestiones y problemas culturales en que esté enzarzado el jabeñerío: cuya idiosincrasia, querido Pedro, no creo que diste tanto de los compatriotas de ese Barón tan ilustre que más arriba has nombrado.

¡Qué calor, chascho!, pero qué buen argumento y justificación pa beberse un vinito fresco, o un Legendario con mucha nieve.

Un abrazo,
,

En esta Extremadura nuestra, territorio totémico y cuna de conquistadores de los que todo el mundo se avergüenza, paisaje trashumante de múltiples civilizaciones, sin peso alguno en los contubernios que marcan las directrices de la política nacional, surgió hace unos años una rara especie a los que yo tildo de "jornapijos". Fáciles de reconocer por su chillona y hortera indumentaria, votan indistintamente a la izquierda o la derecha según les venga el viento porque la política les trae al pairo, la cultura, por supuesto, también les importa un comino, sólo se siente atraídos por el colegueo tabernario, la matraca futbolera y no pierden mucho tiempo en la agitación de la conciencia ni en cualquier expresión artística que les haga crecer o sentirse vivo más allá de las ineludibles necesidades fisiológicas. Un día me extenderé en ello, aunque mis retratos siempre tienen como fondo un espejo deformante.

Arrastradas tal vez por esta desidia, un pasotismo que ha mostrado de manera eficaz su porosidad en todas las instituciones, se ha abandonado la educación cultural -que hay que diferenciar de la formativa- a la suerte de cada individuo como si esta no fuera uno de los elementos cardinales de todo estado democrático. La oferta es pobre, Leganés, tanto que diría que el 90 % de las propuestas culturales de la región no me interesan, y eso que yo no soy en absoluto reduccionista: me gusta el cine, la música, la literatura, los cómics, los vídeojuegos, el diseño, la pintura, los juegos de rol y hasta el voley playa femenino. Se trata, al fin, de que exista más variedad, de que se intente satisfacer los gustos de amplios segmentos, de no ser tan reiterativos, de ser algo más original, de crear eventos que sirvan de referencia a nuestras poblaciones, de sondear las infinitas posibilidades que nos brinda hoy día el mercado, de perdurar con apuestas y propuestas chispeantes, atractivas, icónicas, relevantes, eminentes.

-Maestro, toque usted una pieza.

-Allá va la misma.

Y en esa estamos, aunque algunos casos se dan que son por todos conocidos y que forman parte de ese 10 % que sí me interesa y aplaudo. Es lo que observo, querido primo, pero tal ve esté equivocado, seguro que tenemos tiempo de comprobarlo. Mañana subiré una semblanza sobre uno de mis héroes y con eso, como cada semana, me tomaré unos días para las tareas que tengo entre manos.

Un abrazo y cuidado con los calores que esas ciudades grandes pueden convertirse en hornos crematorios. Espero saludarte en las fiestas.

Coda: alguien me pregunta por Whatsapp por qué he recomendado la película española "El rey de la montaña", ya que algunos la han visto. Bueno, porque se impone como una terrible denuncia sobre los males endémicos de esta sociedad en donde la diversión empalma cables con la tragedia, también porque puede ser entendida como una alarmante metáfora sobre los odios que anidan en este país cainita. Aunque bien es verdad que para esto sirve mucho mejor la obra magna de Carlos Saura "La Caza". Aclarado.


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