El escritor vasco Pío Baroja asistía a una de las famosas tertulias de Valle Inclán, en el café de Levante de Madrid en 1904. En la tertulia participaban también Unamuno, Mateo Inurria, Ignacio Zuloaga y Pérez Galdós. Hablaban de España y los españoles.
Don Pío intervino diciendo que había siete clases de españoles:
1) Los que no saben.
2) Los que no quieren saber.
3) Los que odian saber.
4) Los que sufren por no saber.
5) Los que aparentan que saben.
6) Los que triunfan sin saber.
7) Los que viven gracias a que los demás no saben.
Tal vez deberíamos buscar nuestra ubicación para ver cual de esos trajes nos queda impecable.
Vuelvo a insistir, para mí el paisaje humano es intercambiable. Tanto me da estar rodeado de ciudadanos de Irún, de San Sadurní de Noya, de Birmania o Sinaloa. Lo que me gusta y atrae es el espacio geográfico. De mi tierra, por ejemplo, la dehesa o campiña, sus comarcas, sus ríos, valles y sierras, sus campos de cereales, la jara, la retama... La gente es igual en todos lados, salvo por la familia que pueda estar cerca de ti y las amistades; uno crea su refugio y lo que hagan los demás tiene poca incidencia en el devenir de mi existencia.
Por cierto, la sintaxis nada tiene que ver con el significado de las palabras, sino con la construcción de las frases. A estas alturas, nadie me dará lecciones.
Don Pío intervino diciendo que había siete clases de españoles:
1) Los que no saben.
2) Los que no quieren saber.
3) Los que odian saber.
4) Los que sufren por no saber.
5) Los que aparentan que saben.
6) Los que triunfan sin saber.
7) Los que viven gracias a que los demás no saben.
Tal vez deberíamos buscar nuestra ubicación para ver cual de esos trajes nos queda impecable.
Vuelvo a insistir, para mí el paisaje humano es intercambiable. Tanto me da estar rodeado de ciudadanos de Irún, de San Sadurní de Noya, de Birmania o Sinaloa. Lo que me gusta y atrae es el espacio geográfico. De mi tierra, por ejemplo, la dehesa o campiña, sus comarcas, sus ríos, valles y sierras, sus campos de cereales, la jara, la retama... La gente es igual en todos lados, salvo por la familia que pueda estar cerca de ti y las amistades; uno crea su refugio y lo que hagan los demás tiene poca incidencia en el devenir de mi existencia.
Por cierto, la sintaxis nada tiene que ver con el significado de las palabras, sino con la construcción de las frases. A estas alturas, nadie me dará lecciones.