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LA HABA: Amigo Pepe, hay leyendas que dan pánico. Verdad o imaginario,...

Amigo Pepe, hay leyendas que dan pánico. Verdad o imaginario, todo acontece porque se recrea o se sufre en la mente humana. Ahí te cuento una:

Hace muchos años, en un pueblo fronterizo entre las provincias de Badajoz y Sevilla, una mujer corría despavorida por todas sus calles buscando la casa del médico. Era muy de noche, reinaba una oscuridad total y su cuerpo avanzaba inclinado para compensar el fuerte viento y la lluvia que sin compasión azotaban todo su cuerpo. Acezante, ya exhausta, golpeó repetidamnente con el puño la puerta: "Abran, por Dios, abran rápido". El médico, alarmado, le franqueó la entrada y trató de calmarla viendo que no podía articular palabra. Jadeante y llorosa señalaba sin mirar a su propio vientre, muy abultado por embarazo, y repitiendo como una letanía: "Aquí está, aquí, aquí". Luego de apaciguarla, le preguntó qué le ocurría; y ella mirando hacia arriba, evitando su propio vientre, señalándolo como algo apestoso le dijo: "Ha vuelto a llorar, es niña y llora y llora, ¡es isufrible!".

La Santa Inquisición, entonces reinante, aseguraba que los niños que lloraban en el vientre de sus madres, o nacían con una cruz en el paladar, eran hijos del demonio. El médico, entre la incertidumbre y la compasión, la consoló hasta donde pudo pero le ambargaba un presagio de que algo horrendo se avecinaba.

Al día siguiente, la mujer fue a confesar. El cura, pegando los labios a la rejilla del confesionario, le dijo: "No insistas, no puedo absolverte si no confiesas tu gran falta, esa criatura es fruto del pecado, sólo la Santísima Vírgen parió sin conocer hombre". "Esto que engendro, lo juro por Nuestra Señora de la Coronada, no es obra de ningún hombre", le añadió ella para escándalo del cura que violentamente abandonó la confesión.

Un mes más tarde, con toda normalidad, nació una preciosa niña sonrosada y sonriente. La situación de la madre soltera, hay que situarse en pleno siglo XVII, era realmente de aislamiento. Los poderes fácticos del pueblo, luego de extender por doquier los llantos de la criatura en el vientre de la pecadora, se olvidaron de las penurias de esta mujer hasta la noche fatídica del veintidós de agosto de 1665, cuando la niña cumplía los site meses de edad. Esa horrible noche de seca tormenta, iba a remover las entrañas de todo aquel pacífico pueblo, sus alrededores y a toda la región.
La criatura -esa noche tenebrosa- mamaba del pecho de su madre, y en esto que dejando de mamar la miró a los ojos, Pepe, con siete meses, se arrancó un escupitajo de la garganta y la escupió a los ojos, ¡Puta!, le dijo con voz grave. Y comenzó a estirar los bracitos y las piernas, casi de pie en la falda materna, su cara se tornó rojísima y luego morada, y entre truenos y relámpagos comenzó a decir en latín algo así como "DOMUS AUSTRIACA CONTERET CAPUT TUUM", mal traducido "Casa de Austria enloquece cabezas". (Entonces reinaba en España Carlos II, El Hechizado, que iba a ser el último rey de la Casa de Austria). Aquella criatura era diabólica, la madre la soltó en el sofá y nuevamente se lanzó a recorrer, esta vez sin rumbo, las calles del pueblo. Hasta que el alguacil, amedrentado por la tormenta y la locura de la mujer, pidió ayuda y la acompañó a su casa. La escena que allí sucedió hiela la sangre al más arrogante: aquella criatura de meses, de pie en el sofá, profiriendo insultos en varios idiomas, escupiéndolos a todos, entre truenos y relámpagos, aquello era terrible. Y en medio de esta demoníaca locura, sin explicación, las campanas de la iglesia comenzaron a tañir, sin tregua, eran redobles a muerte constantes; el aguacil, acompañado de varios vecinos, se acercó a la iglesia: y estaba cerrada con llave, y las campanas sonaban y sonaban; abrieron la iglesia y buscaron en todas las dependencias, no había nadie; subieron hacia la torre y, ya coronándola, se hizo el silencio; no tenían valor para ver quien estaba allí arriba, peldaño a peldaño llegaron al campanario: no había nadie. Con el miedo en los tuétanos, volvieron a la casa maldita, aquello era un infernal espectáculo: dos curas, crucifijos, el médico.... y aquella enana y deforme maligna casi erguida, sangrando por los ojos, balbuciendo insultos, con voz de hombre, una y muchas veces más, hasta que, agotada, cayó tendidita en el sofá y, luego de algún estertor, se quedó dormida. Se hizo un gran silencio y, unos minutos después, la niña irrumpió en un llantito infantil que espantó (por normal) a todos los que allí estaban. Y la madre, acariciándola, se sacó un pecho y la dio de mamar.

Esa noche, se supo días después, murió Felipe II -padre del monarca reinante, Carlos II. Luego, lo de siempre, la Inquisición echó las culpas de la desgracia de la Casa de Austria, a estos acontecimientos. La niña y su madre no sólo desaparecieron del pueblo, sino también de su historia: probablemente, fueron quemadas vivas.

(Esto, Pepe, es lo que recuerdo de una historia que me contó una viejecita hace muchos años, yo lo he relatado a mi manera, pero esta historia está escrita y archivada con los nombres de todos los testigos (según ella), en la bibioteca de un pueblo extremeño. Perdona lo extenso del relato). ¿Qué te parece la leyenda?.

Buenas noches.
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
Amigo Leganés gracias, me ha emocionado mucho el relato sobre la leyenda a la que haces referencia, ya que soy un autentico forofo, sobre ciertas clases de temas relacionados con leyendas, ocultismo, y todo lo que a terror se refiere, aunque ya no tanto, pero de más joven, me apasionaban las peliculas de terror, recuerdo hace unos 30 o 35 años, o tal vez más, se proyectó una de las más espantosas peliculas de terror, claro que ya hoy y después de haberla visto tantisimas veces, solo te hace reir, ... (ver texto completo)