Mi reflexión (y perdón siempre), es que ni somos tan pocas, ni tantas las personas que deambulamos por “ESTE MUSEO”. Creo que las necesarias para que siga abierto y para que de soslayo, o porque pasaban por la puerta, otras se animen a entrar para ver si encuentran paisajes o estampas amables que les reporte una felicidad pasajera o una convicción, mezcla de deseos y miedos, de futuros inciertos y de pasados erosionados.
Por algunas salas pasamos sin atención y sin detenernos porque los cuadros nos parecen oscuros, pero de repente alguno nos hace parar, dándonos una inmediata impresión de no parecerse a ningún otro del mundo. Nos acercamos para mirar el título, pero tenemos que apartarnos porque la luz se refleja en la superficie oscura y brillante del lienzo. Sí, nos parece el más raro que hemos visto en nuestra vida, aunque no sabemos explicarnos por qué; pero también lo encontramos familiar, como si lo hubiéramos visto en un sueño de no hace mucho. Entonces, con la misma certidumbre y de improviso, nos alcanza un sentimiento de pérdida y de felicidad que hace que se nos forme un nudo en la garganta…
Y.P.S.
Por algunas salas pasamos sin atención y sin detenernos porque los cuadros nos parecen oscuros, pero de repente alguno nos hace parar, dándonos una inmediata impresión de no parecerse a ningún otro del mundo. Nos acercamos para mirar el título, pero tenemos que apartarnos porque la luz se refleja en la superficie oscura y brillante del lienzo. Sí, nos parece el más raro que hemos visto en nuestra vida, aunque no sabemos explicarnos por qué; pero también lo encontramos familiar, como si lo hubiéramos visto en un sueño de no hace mucho. Entonces, con la misma certidumbre y de improviso, nos alcanza un sentimiento de pérdida y de felicidad que hace que se nos forme un nudo en la garganta…
Y.P.S.