Vega de la Jarilla y poniente. 2007-08-24, GARGALIGAS

Se durmió Juan Campesino junto al arado, una tarde, como buscando en la tierra, qué sé yo qué interrogante. Se le cayó todo el cuerpo sobre la tierra, su madre. Sembrado en el surco estaba como una espiga de carne. A la mañana siguiente se lo encontraron cadáver. Tenía entornados los ojos, pero no veía a nadie. Una mano en la mancera y demudado el semblante. La mula estaba a su lado, por obrera inseparable. Volaba el luto de un cuervo y se detuvo en el aire. Los violines de los grillos se rompieron...