Mensaje enviado por Ángel Manuel Barbado López:
Hola Antonio,
Veo que estás dando un impulso para despertar al personal de su letargo invernal. No hay que preocuparse porque el éxito está garantizado. La lista que tenéis es muy completa y espero que contactéis con la mayor parte de los compañeros.
Te mando, como te dije, la parte del capítulo del libro de mi padre “Por los pueblos de la Serena y Siberia extremeña”, en el que habla, como comentario anecdótico, de la creación de una escuela hogar “extra”, no pedida.
“otra gran suerte, mejor dicho, otra grave preocupación se me originó en el verano de 1967. Llevaba varios meses tratando de conseguir la creación en Cabeza del Buey de dos Escuelas- Hogar. Las necesitaba con urgencia los trescientos y pico niños de ambos sexos que, ultradiseminados por los campos de la comarca, estaban sin escolarizar. Todo estaba preparado: los planos y proyectos, las memorias, las listas de aspirantes a los internados, incluso los locales, uno de los cuales, maravilloso, conseguí que su propietario, don Luis Gómez Bravo, de Córdoba, lo cediera en donación.
Todo estaba, repito, listo y preparado; tenían que empezar a funcionar el primero de Septiembre siguiente, pero…
A primeros de Agosto tuve que ir a Madrid a resolver asuntos personales. Me pasé por el Ministerio y los expedientes de las Escuelas-Hogar que no aparecían. Ningún Jefe de Sección me daba señales de ellos; por lo menos en los departamentos determinantes de su creación no se encontraba. Me aconsejaron que intentara su localización a partir del Registro General. ¡Menudas perspectivas!
No sé la cara que pondría, si de pena, desilusión o rabia sólo que, tras dejarme desahogar, me dijeron que regresara tranquilo a Cabeza del Buey, que ellos mismos se encargarían de buscar los expedientes. Y casi me anticiparon su resolución favorable.
En efecto, pocos días después se me telegrafió la creación de ¡tres Escuelas-Hogar!, conminando al ayuntamiento a preparar el edificio para la tercera, no pedida y creada. Se buscó un nuevo edificio provisional, se pusieron en marcha las tres escuelas, se traslado después la tercera a otro edificio mejor acondicionado, propiedad del Obispado (Escuela-Hogar Santa Elena), cuyo titular lo dono muy gustosamente, y hasta la fecha.
Pero no terminaron aun todas las preocupaciones. El Ayuntamiento se había comprometido a adaptar y acondicionar el edificio de la tercera Escuela-Hogar; si no, no se hubiese creado; se había comprometido oficialmente y por escrito, pero…
Bueno; de eso quienes mas sabemos somos: don Juan Esquinas, alcalde en aquellos tiempos, doña Luzdivina Heredia, Directora de la Escuela, don Santiago Guerra, Pater-familia de la asociación y yo, que las pasé <canutas> hasta que se saldaron todas las deudas.”
Ya te habrá comentado Enrique que nos hemos visto porque casualmente vivimos muy cerca uno de otro. Ha sido un encuentro muy grato y que repetiremos, espero, a menudo. Suerte con la búsqueda de colegas.
Un abrazo
Mané
Hola Antonio,
Veo que estás dando un impulso para despertar al personal de su letargo invernal. No hay que preocuparse porque el éxito está garantizado. La lista que tenéis es muy completa y espero que contactéis con la mayor parte de los compañeros.
Te mando, como te dije, la parte del capítulo del libro de mi padre “Por los pueblos de la Serena y Siberia extremeña”, en el que habla, como comentario anecdótico, de la creación de una escuela hogar “extra”, no pedida.
“otra gran suerte, mejor dicho, otra grave preocupación se me originó en el verano de 1967. Llevaba varios meses tratando de conseguir la creación en Cabeza del Buey de dos Escuelas- Hogar. Las necesitaba con urgencia los trescientos y pico niños de ambos sexos que, ultradiseminados por los campos de la comarca, estaban sin escolarizar. Todo estaba preparado: los planos y proyectos, las memorias, las listas de aspirantes a los internados, incluso los locales, uno de los cuales, maravilloso, conseguí que su propietario, don Luis Gómez Bravo, de Córdoba, lo cediera en donación.
Todo estaba, repito, listo y preparado; tenían que empezar a funcionar el primero de Septiembre siguiente, pero…
A primeros de Agosto tuve que ir a Madrid a resolver asuntos personales. Me pasé por el Ministerio y los expedientes de las Escuelas-Hogar que no aparecían. Ningún Jefe de Sección me daba señales de ellos; por lo menos en los departamentos determinantes de su creación no se encontraba. Me aconsejaron que intentara su localización a partir del Registro General. ¡Menudas perspectivas!
No sé la cara que pondría, si de pena, desilusión o rabia sólo que, tras dejarme desahogar, me dijeron que regresara tranquilo a Cabeza del Buey, que ellos mismos se encargarían de buscar los expedientes. Y casi me anticiparon su resolución favorable.
En efecto, pocos días después se me telegrafió la creación de ¡tres Escuelas-Hogar!, conminando al ayuntamiento a preparar el edificio para la tercera, no pedida y creada. Se buscó un nuevo edificio provisional, se pusieron en marcha las tres escuelas, se traslado después la tercera a otro edificio mejor acondicionado, propiedad del Obispado (Escuela-Hogar Santa Elena), cuyo titular lo dono muy gustosamente, y hasta la fecha.
Pero no terminaron aun todas las preocupaciones. El Ayuntamiento se había comprometido a adaptar y acondicionar el edificio de la tercera Escuela-Hogar; si no, no se hubiese creado; se había comprometido oficialmente y por escrito, pero…
Bueno; de eso quienes mas sabemos somos: don Juan Esquinas, alcalde en aquellos tiempos, doña Luzdivina Heredia, Directora de la Escuela, don Santiago Guerra, Pater-familia de la asociación y yo, que las pasé <canutas> hasta que se saldaron todas las deudas.”
Ya te habrá comentado Enrique que nos hemos visto porque casualmente vivimos muy cerca uno de otro. Ha sido un encuentro muy grato y que repetiremos, espero, a menudo. Suerte con la búsqueda de colegas.
Un abrazo
Mané