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Conocí, allá por finales de los años sesenta “Al Máquina”. En un
pueblo cercano a
Barcelona, en la Comarca del Baix Llobregat. Le decían así, porque por entonces trabajaba en un
cine local de maquinista en la cabina. Ya sabes mocita, colocando los
rollos de las películas, empalmando la cinta cuando se rompía y eso...
Pegando la hebra, resultó que éramos paisanos, él, de un pueblo cacereño famoso en la comarca donde está enclavado porque, entre otros muchos hechos notables que allí han pasado
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