El Convento de Nuestra Señora de las Mercedes, de Clarisas Descalzas, tiene su origen en un beaterio de terciarias franciscanas fundado en el siglo XVI en unas casas donadas por Juan de Céspedes y Teresa de Figueroa, que estaban ubicadas donde hoy se alza el antiguo Hospital de San Sebastián. En 1674 el convento se trasladó a su emplazamiento actual, sobre el solar que habían ocupado las casas del regidor Sebastián Montero de Espinosa, permutando su antigua sede para que en ella se alzara el hospital. Las obras del nuevo convento se alargaron hasta 1702. En su interior destaca el Cristo de la Espina.