BADAJOZ: Si, a veces los poetas parecen cuerdos. No siempre,...

Si, a veces los poetas parecen cuerdos. No siempre, sólo de vez en cuando pero.., hay días que debido a no sé bien qué, sus chifladuras no dan la impresión de desatino, sino todo lo contrario. Puede que sus extravagancias sean producidas por la influencia de la luna en fase creciente o que, como casi todos están hechos más o menos bien de la misma pasta, coincidan en su ritmos vitales. Quizá fue por eso por lo que hace unos días, me dio por encarnar momentáneamente y aprovechando la bonanza del clima y en menos que se persigna un cura loco, me fui de la ceca a la Meca y cuando quise acordar, ya estaba en todo lo alto de la Sierra de Monsalud. ¡ahí es ná! Me sentí como Ibn Marwan cuando huyendo de los Omeyas que le iban oliendo el rabo de su caballo para darle matarile en cuanto que lo avistaran, buscó y halló su cobijo y desde ella les plantó cara. Natural, pues el panorama que desde ella se divisa no puede ser más grandioso. Con decirte moza que si les dejó ir unos peñascos lanzados a mano o con honda y, cogidos a contrapelo, el descalabro debió ser monumental. Y eso que los cordobeses también los tenían bien puestos y llegaron, supongo, desde la parte del Cerro Muriano. Pero es que, con decirte moza que si la vista de los humanos fuese como la de las águilas, desde allí se ven los conejos que olisquean por Los Barros y los Llanos de Olivença, y, hasta las ratas de cloacas que hoy en día ya tiene la ciudad que él fundó a las orillas del Anas. (digo que Batalyaws ya tiene cloacas y en ellas alguna rata habrá).

Que a cuento de qué viene eso de los poetastros, pues sencillo: como iba en plan cárnico, me pesaba el armazón y para llegar a lo alto casi se me corta el resuello. Y ahí estaba intentando tragar aire, cuando vi a un grupúsculo de gente muy semejante compuesto por cinco o seis entre urbanitas y naturales, que intentaban localizar precisamente ese día uno de mayo, el lugar más idóneo para plantar y que retoñara, nada más y nada menos, que el símbolo de la libertad, el pendón por excelencia, sólo un cacho de trapo tricolor. Argüían con razón que, ¿dónde iban a encontrar un sitio mejor para que fructificara?, que, si Marwan “el Gallego” hubiese tenido unos fusiles u otra de esas modernas máquinas de quitar gente de en medio, que otro gallo habría cantado desde el Jacho hasta el Porrino, los Riscos o los Cañuelos.

El asentamiento bien, como siempre, cantando con la de Montiel eso de fumando espero, los unos, y los de siempre a ver qué pueden arrebañar. De momento, algo en obras hidráulicas y de pavimentación que no traen agua a tus caños moza, ni a ningún otro.
Aprovechando la coyuntura que les ha brindado el reparto de los ocho mil millones.
Salud.