BADAJOZ: Esto es pura y dura ficción...

Ya los ves Ibn Marwan, tres copas se han llevado a casa quienes han sabido encarar la contienda, pero no bajes la guardia que ahora hay otra riña en marcha:

Algo raro está pasando.
Rarísimo, diría yo si pudiera
decir algo a quien oírme quiera,
pero, hay tantos mamando....

De pícaros de tres al cuarto
tengo constancia fehaciente,
sin embargo poca gente
dicen, lagarto, lagarto....

Cuando ven con qué ahínco
acumulan tantos cuartos
de los paganos pazguatos
espectadores sin voz del circo.

Hay que cortar tantas telas;
confeccionar tanto traje....,
que hasta el sastre llama ultraje
a lo que sólo son gabelas.

O libertinaje, de unos personajes
indiferentes ante ética y estética
y con dura cara mayestática
presumen ufanos de su linaje.

Alegando, que es al contrario
pues, son otros los avariciosos,
y, haciéndose los graciosos
nos extraen hasta un ovario.

Rápido, una de cabildo,
vuela que llegamos tarde
y la cosa está que arde
estrella, te quieren dar tu merecido.

Por imputar que no quede,
por trajinar que no falte,
consignas del gerifalte
hasta el que el aliento hiede.

Pues, por mucho que disimule
diciendo sin cesar, más tú,
mirando hacia atrás dirás, tururú
que te vi, pero no me fusile.

Que yo no te fusilo a ti,
que mi arma es la palabra
y me convence quien no ladra
y batalla en buena lid.
Salud.

Poco honor y menos honra
adquirirá este poblado
invadido por esta horda
de añejos flechas cagados.

Se arrejuntan por instinto
y como apestan a cien leguas
se arriman a los distintos
para pegarle sus mi'rdas.

Ya reapareció cascorro
de la mano de un monago
siguiendo el rastro de lobo,
como él facha modorro
a cagar codo con codo.

Reaccinarios y casposo
se unen a sus iguales
que como ellos son raposos
en sus enclaves naturales
y chupopteros y vivales.

Quien los quiera que los compre
pero que se cuiden muy mucho
para que no se lo zampen
pues son jambrientos los chuchos
e ignorantes de las costumbres.

Pero irán viniendo más
porque han puesto señuelos
a las entradas de Almendral
para atraer a estos mochuelos
y mientras cagan por aquí
no ensucien otro lugar

Por tierras de Batalyaws
aúllan lobitos feroces
causando daños atroces
en oídos no avisaos.

A la jauría se han adjuntado
otros cánidos lugareños,
de los más espabilados
para arrimarse al barreño,
y han formado la sociedad
conocida en el Almendral
con nombre poco formal,
La Banda Patas Cagás.

Donde quiera que defecan
no sale ya más la yerba.
Si acaso algún jaramago
que les llama Cacas Secas
o los manda a comer m^erda
por el camino más largo.

Y como es natural
al tener tan fina piel
como todos los su jaez
aúllan con voz gutural.

Se desmelenan y arremeten
con esa furia del oso
que es y ha sido tramposo
y ahora quiere que le respeten.

Y así sin querer cometen
equívocos en su berrear
y les salen unos gallos
que en el Orfeó Catalán
no le pueden tolerar,
pues, si primero se entrometen
en la vida de los demás,
que no aleguen inocencia
cuando los hacen callar
o, revestidos de paciencia
los enseñan de verdad,
a cantar y no ladrar.

Esto es pura y dura ficción
pero, pongamos por caso
que usted honrado lector y yo
conchabados y con ilusión,
ponemos mano a la obra
y nos pasamos diez años
en muy constante zozobra
rapiñando con apaños
y múltiples maniobras;
unos euros que contamos
no a cientos y si a millones,
de los públicos que disponíamos
para eso de las financiaciones
de unos órganos colegiados
que por convenio llamamos,
arrejuntamiento o comunidad.
Diez o veinte ¿qué más da?,
si unos amiguitos del alma,
chicotes con autoridad,
facilitan nuestras labores
previo cobro de su parte
por hacernos esos favores,
y los hacen con tanto arte
que en poco menos de un plisplás
exportamos buen capital
a Suiza o Las Azores y,
si nos trincan los guindillas
y su señoría nos manda al trullo,
los tildamos de pandilla
y decimos que es chanchullo
que se hayan puesto a escuchar
nuestras cosas y barullos,
y, que si p´aquí que si p´allí
mareamos la perdiz,
vestimos con trajes nuevos,
y acusamos a los cancerberos
y sí señor y con dos güevos,
son juzgados ellos primero
y nos marcamos un bolero
valenciano y un chotís por los Madriles.

¡Vivir para ver!,
como dijo aquél,
la justicia al revés.
Los mangantes juzgan al juez
y al que tiró de la manta.
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
Vigilante está el templario
desde su alta atalaya
por ver si algún temerario
osa escalar sus murallas
sean estas la de Miravent
o las de la Operación Malaya,
donde también hay un juez
que en la causa fue parte
y ahí andan ERE que ERE
bailando por sevillanas, ... (ver texto completo)