Estamos tan ofuscados pretendiendo llenar la panza,
que es que ni nos enteramos de lo que en el mundo pasa;
preocupándonos solamente de obtener nuestra pitanza
y sacar cómo y de donde sea, cantidad de pasta gansa
ya que, es uno, sino el mejor, lubricante que engrasa
esas poleas de transmisión a las que aspiramos dar caza
pues, pensamos no si razón que ya en nuestra posesión,
ni nos tosen ni nos pisan, ni nos apartan a un lado, y,
nos dicen ¡hola señor!, se usted muy bien venido,
¿carne o pescado? Pida, que será usted complacido.
¿Que hay muchos miles de seres que pasan sed y hambre?
¿Que cuarenta y seis millones más pasaran gazuza?
¿Que hay una crisis mundial? ¡Pues por mi que los zurzan!
Que, si controlo Caja París y por consiguiente su urdimbre,
me visto de lagarterana; y actuando como buen zángano,
digo que estoy arruinado y pido crédito a papá Estado, quien,
solventará mi liquidez sin preguntar dónde lo he malgastado;
porque al fin y al cabo, no es suyo, y yo soy tan honrado
que daré al contribuyente una zanahoria colgando de un palo.
Y al que tenga una hipoteca y unos mil euros de salario,
por mi que lo parta un rayo, pero, si además es africano,
hay que echarlo del País, que no gano para tanto insolidario.
Salud.
que es que ni nos enteramos de lo que en el mundo pasa;
preocupándonos solamente de obtener nuestra pitanza
y sacar cómo y de donde sea, cantidad de pasta gansa
ya que, es uno, sino el mejor, lubricante que engrasa
esas poleas de transmisión a las que aspiramos dar caza
pues, pensamos no si razón que ya en nuestra posesión,
ni nos tosen ni nos pisan, ni nos apartan a un lado, y,
nos dicen ¡hola señor!, se usted muy bien venido,
¿carne o pescado? Pida, que será usted complacido.
¿Que hay muchos miles de seres que pasan sed y hambre?
¿Que cuarenta y seis millones más pasaran gazuza?
¿Que hay una crisis mundial? ¡Pues por mi que los zurzan!
Que, si controlo Caja París y por consiguiente su urdimbre,
me visto de lagarterana; y actuando como buen zángano,
digo que estoy arruinado y pido crédito a papá Estado, quien,
solventará mi liquidez sin preguntar dónde lo he malgastado;
porque al fin y al cabo, no es suyo, y yo soy tan honrado
que daré al contribuyente una zanahoria colgando de un palo.
Y al que tenga una hipoteca y unos mil euros de salario,
por mi que lo parta un rayo, pero, si además es africano,
hay que echarlo del País, que no gano para tanto insolidario.
Salud.