LA VERDAD OS HARÁ LIBRES, sí, ¿pero cual? Viendo ese enorme panfleto publicitario que los purpurados españoles han pegado por las esquinas, a mi, Ibn Mawuan, tu que eras muladí y viviste tiempos convulsos, se me erizan todos los vellos porque, hay que tener una cara hecha con cemento armado para poner un lince ibérico con el sello de especie animal protegida y al lado, un bello niño gateando.
El sublime mensaje que lanza el cartelón a los corazones sencillos, no puede ser más aterrador. Dice sin ambages, que los seres humanos no importan a ciertos grupos sociales, que les da lo mismo que se mueran antes o después, que los están asesinando antes de ser concebidos porque se usa el preservativos que, abortar, aunque sea en ciertas circunstancias, es un crimen de lesa humanidad.
Bien vamos los que culturalmente orbitamos en torno a ese centro de poder creado a partir de unas creencias basadas en los escritos que cincuenta años después de morir Jesús, nos dejó el evangelista Marcos y de otros atribuidos a Juan, Mateo o Lucas, que se escribieron o reescribieron ciento ochenta años más tarde y dados como los únicos que eran buenos por el obispo de Lyon, Irineo, padre santo de la iglesia universal y también única verdadera según él dejó sentado en su obra escrita.
Hoy, que es el día del padre, es buen momento para recordar que una cosa son las creencias admitidas a píes juntillas y sin posibilidad de ser discutidas y otra, la mentira encubierta de buenas intenciones y la cruda realidad que es; según mis muy cortas entendederas, el que una pareja, hombre y mujer, decidan engendrar una nueva vida para aprovechar el extracto obtenido del cordón umbilical, como fuente de vida para un hijo suyo anterior aquejado de una dolencia incurable (de momento) de otra manera.
También nos dicen, que el condón es una herejía, que incrementará esa nueva peste de momento incurable a la que llamamos SIDA y que su uso, en ese continente al que todos exprimen el jugo humano y material, debe ser erradicado porque es perjudicial y extenderá aún más la plaga. Del resto del orbe también, claro.
Curiosamente, todo esto lo dicen, quienes, desde hace unos cientos de años para acá, no procrean, quienes no cumplen con el precepto del: CRECED Y MULTIPLICAOS. Esos mismos que inventaron la expresión: guerra santa, o cruzada, para hacer prevalecer sus ideales a base de degollar a otros idealistas tanto en Europa como en Oriente.
¿Habrán visto alguna vez a una madre o a un padre que deseen algo malo para sus hijos?
Los fundamentalismos, sean del Islam de Israel o de Roma, me parece que no es el mejor camino para encontrarse con Dios.
Salud
El sublime mensaje que lanza el cartelón a los corazones sencillos, no puede ser más aterrador. Dice sin ambages, que los seres humanos no importan a ciertos grupos sociales, que les da lo mismo que se mueran antes o después, que los están asesinando antes de ser concebidos porque se usa el preservativos que, abortar, aunque sea en ciertas circunstancias, es un crimen de lesa humanidad.
Bien vamos los que culturalmente orbitamos en torno a ese centro de poder creado a partir de unas creencias basadas en los escritos que cincuenta años después de morir Jesús, nos dejó el evangelista Marcos y de otros atribuidos a Juan, Mateo o Lucas, que se escribieron o reescribieron ciento ochenta años más tarde y dados como los únicos que eran buenos por el obispo de Lyon, Irineo, padre santo de la iglesia universal y también única verdadera según él dejó sentado en su obra escrita.
Hoy, que es el día del padre, es buen momento para recordar que una cosa son las creencias admitidas a píes juntillas y sin posibilidad de ser discutidas y otra, la mentira encubierta de buenas intenciones y la cruda realidad que es; según mis muy cortas entendederas, el que una pareja, hombre y mujer, decidan engendrar una nueva vida para aprovechar el extracto obtenido del cordón umbilical, como fuente de vida para un hijo suyo anterior aquejado de una dolencia incurable (de momento) de otra manera.
También nos dicen, que el condón es una herejía, que incrementará esa nueva peste de momento incurable a la que llamamos SIDA y que su uso, en ese continente al que todos exprimen el jugo humano y material, debe ser erradicado porque es perjudicial y extenderá aún más la plaga. Del resto del orbe también, claro.
Curiosamente, todo esto lo dicen, quienes, desde hace unos cientos de años para acá, no procrean, quienes no cumplen con el precepto del: CRECED Y MULTIPLICAOS. Esos mismos que inventaron la expresión: guerra santa, o cruzada, para hacer prevalecer sus ideales a base de degollar a otros idealistas tanto en Europa como en Oriente.
¿Habrán visto alguna vez a una madre o a un padre que deseen algo malo para sus hijos?
Los fundamentalismos, sean del Islam de Israel o de Roma, me parece que no es el mejor camino para encontrarse con Dios.
Salud