BADAJOZ: Vacas flacas igual a xenofobia y racismo ramplón....

Vacas flacas igual a xenofobia y racismo ramplón.
Cuando pintan bastos, y ahora pintan, aumenta el odio y el miedo al diferente. Sólo hay que escuchar lo que dicen los que ya están asentados en cualquier territorio sobre los recién llegados, “que si vienen a quitarnos el pan de nuestros hijos “, que si, “ por su culpa la mano de obra cada vez se paga amenos”, que si, “ nos van a invadir” que si, “tienen más derechos que nosotros, porque a ellos les atienden antes en los centros de salud, los alcaldes no les cobran impuestos si ponen en marcha un negocio cualquiera. Y así una larga retahíla que se va repitiendo como salmodia tibetana.

¿Y quien dice todo esto? Pues mira Abd al-Rahman ibn Muhammad Ibn Marwan Ibn Yunus al-Yilligi al-Maridi, sus iguales, aquellos, los hijos o los nietos de aquellos que no hace todavía mucho tiempo llegaron a un determinado territorio, por libre u obedeciendo a la llamada de sus paisanos predecesores y que, pasando fatigas y trabajando a destajo en los oficios que los nativos asentados de antiguo, ya no querían hacer, consiguieron abrirse un hueco y alcanzar cierta prosperidad. Esa que ahora ven amenazada ante la nueva ola de migrantes.

Por las Españas, el Gobierno,-- presionado quizá por las circunstancias socio-económicas, no sólo interiores, sino que también de la comunidad de países en la que estamos enrolados-- ya está preparando una modificación de las normas vigentes al objeto de hacerlas más restrictivas si cabe, y es que, muchas veces nos olvidamos que el hecho de no tener los papeles en regla, no quiere decir que se carezca de derechos humanos. Porque estamos hablando de personas, no como tú o yo que somos ectoplasmas no, de personas, de PER-SO-NAS.

No cabemos más nos dicen, pues claro que sí que cabemos y si no seguiremos cavando hasta que quepamos todos, aunque haya que sembrar más ajos y cebollas y más papas y lechugas, que campos hay y no todos van ser para criar guarros negros o colorados, pues no sólo de jamón vive el hombre.

En medio de este desconcierto, no nos damos cuenta que en las horas punta, en las ciudades medianamente grandes, los transportes públicos van a rebosar de gente que no hace mucho que llegaron y que van, fíjate tú, a trabajar, puede que por un precio menor que el que cobran los ya asentados, pero eso, que van a trabajar. Cosa esta que le va de perlas al especulador de turno, sea banquero, ladrillero o terrateniente, porque así tiene la oportunidad de decir: si no quieres, ya sabes..., hay tres detrás de ti esperando. Esos mismos que dicen que: en este País ya no se puede vivir con tanto delincuente como nos está entrando.

Pero bueno, siempre podemos nombrar una comisión para aclarar cómo es posible que la TIA, esa agencia de espionaje que han montado en los madriles los mortadelos y filemones del momento, se hayan estado dedicando durante tanto tiempo a airear los trapos sucios y los luengos cuernos de sus iguales y parecidos. Asunto u hoyo al que se le está echando tierra o más cieno para que todo siga lo mismo y el personal habitual se pueda seguir inflando los bolsillos a costa de los perros flacos de siempre.

Todo esto venía a cuento de la xenofobia y del racismo, y es que cuando la cosa se pone chunga, los iluminados de toda la vida, quieren cambiar el mundo para hacer uno excluyente donde sólo habiten bellos efebos de ojos verdes y cabellos color de miel.
Y no Abd al-Rahman ibn Muhammad Ibn Marwan, no, tenemos que compincharnos para mantener alerta la guardia, no sea que la bicha que está larvada, vuelva a levantar cabeza y nos infeste a todos con su lengua bífida.
Salud.