Este
palacio fue construido por orden del Gran Maestre de la Orden de Santiago, Lorenzo Suárez de Figueroa (1387-1410). La última restauración se cree data del año 1631. Pertenece al estilo renacentista con claros elementos mudéjares, todo ello bastante tardío. Utiliza
ventanas con alfiz enmarcado por
arcos de herradura. En su interior encontramos un
patio porticado con tres arcos de medio punto y pilastras poligonales, todo ello construido en ladrillo, que recuerda al
Monasterio de Tentudía. La planta es trapezoidal y en su
fachada principal, orientada al sureste, se desarrolla un gran
arco rebajado de doble rosca. En el primer cuerpo se encuentra un
balcón corrido con
puerta al lado izquierdo. A los lados de la fachada se encuentran dos
torres de planta cuadrada, utilizando como material la
piedra, y sillares en las
esquinas. Como algo característico, el Palacio presenta al exterior una decoración a base de esgrafiados. De los tres que existían antiguamente, sólo se conserva uno en la
ventana del primer piso de la parte izquierda de la
torre. Este esgrafiado representa a un
dragón tragándose a un hombre del que sólo se ve parte del cuerpo y las piernas.
En el siglo XVIII formó parte del cuartel de
San José, y tras la Guerra de la Independencia Española el
edificio quedó en estado ruinoso. Tras una profunda restauración (1972-1989), acoge actualmente el
Museo Arqueológico Provincial, que se encontraba anteriormente en el Palacio de la Galera, adosado a la Torre de Espantaperros. El Palacio de los Duques de la
Roca fue declarado
Monumento Histórico-
Artístico por decreto el 1 de marzo de 1962.2