La lámpara de la nave central es majestuosa y está consiredada una pieza única en la Península Ibérica. Esta gran obra de
arte está realizada en bronce dorado, tiene 102 brazos artisticamente labrados, mide 6,50 metros de altura y 3,80 metros de diámetro y pesa 3.700 kg. Su curiosa
historia cuenta como fue hecha en
Italia en el S. XIX para el
Salón de Sesiones del Congreso de los Diputados de
Madrid y donada posteriormente a la
Catedral de esta Ciudad por el gobierno español de S. M. el Rey Alfonso XII, a instancias del entoces Presidente del Congreso, el pacense D. Adelardo López de Ayala. Se inauguró el 24 de octubre de 1879, festividad de la Purisima Concepción, levantándose posteriomente un acta del acontecimiento que está dentro de la propia lámpara. Fue encendida por primera ves el 30 de noviembre como conmemoración del enlace de Alfonso Xii con la Archiduquesa Maria Cristina de
Austria. Es una obra realizada al estilo barroco, en la que destacan las figuras del cuerpo central y los
escudos de la parte superior, todo ello, entre una bellisima decoración delicadamente trabajada.