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ALMENDRAL: Carpe diem. Hola fructífera musa. Ya sabes tu bella...

Carpe diem. Hola fructífera musa. Ya sabes tu bella moza que a mí me arroba y roba el alma la cantinera de mi barrio. Qué arte dioses, qué dominio el suyo dominando lenguas, idiomas y lenguajes. Qué manera de defenderse entre tanta diversidad. Qué diferencia tan grande entre la gazmoñería dominante y su abierto talante. Qué inteligencia. Ella dice que es natural y que no pasó la EGB, que, ¿para qué?. Si no quería aprender a coser, bordar y la mejor manera de procrear, pues eso, según ella, es cosa muy natural que no necesitar master.
Pero bueno Melpómenes, doy carpetazo al caso a la espera que la bella uniformada de ojos chispeantes que penetran como cuchillos bien afilados y te dejan con las ínfulas al aire, con su cintura de avispa calzada de parabellum y luenga melena ondulada color de miel, acabe y rubrique la diligencia final y decidiendo entre mandarla al de instrucción de lo criminal de lugar o al de paz del almendral. Ello no óbice, de que haya quien ha paseado el asunto desde la Audiencia al Supremo sin tener en cuenta que antes está Olivenza y, si procede, Badajoz. Luego ya y en apelación, veremos..., si las martingalas nos elevan la cuestión. Eso sí, de cosa juzgada ni hablar, así que menos dispersión, menos filosofía barataria y una miaja más de Prozac, ¿o es al revés?
Cambio el tercio y doy efusiva bienvenida a El Chiribiri, felicitándolo de paso por adoptar a esa pobre niña del Senegal que hizo la travesía atlántica en cayuco y al arribar deshidratada a costa le hicieron firmar un documento por el cual se comprometía a respetar las costumbre y las maneras del lugar; papelajo que firmó, porque así hasta trago yo y además traga cualquiera, luego ya veremos, porque primero es la vida y después la libertad, y ya muy atrás muy atrás, los convencionalismos del momento.
Salud.