Mocita presidenta de la fuente que hay en el parque de los almendrales, otrora plagado de verdes y bien cuidados arbustos en los que brotaban unas bellas rosas rojas de 32 y más pétalos perfumados, tu que antes que símbolo fuiste amor hecha persona, tu que cobijaste en tu regazo y amamantaste con tus senos al producto de tu unión con varón, dime: ¿hablamos distinto idioma?, ¿vivimos acaso en la confusa Babel?, ¿que no? Entonces, ¿por qué? Sí, ¡por qué! Si lo que ha pasado pasó si te agrada como si no. Además, tienes bien archivado y mejor conservado en tu insondable baúl memoria fiel de aquella trama cruel. ¿Qué te pasa? ¿Te has pasado en la ingestión de líquidos espirituosos igual que muchas veces hago yo? Recapacita, musa de mis escapadas al universo virtual y cuenta, como mínimo cien mil, antes de exhalar una retahíla de sonidos inconexos desprovistos de sentido. Ya sabes que es frágil mi memoria pues, me has visto recurrir día si y al otro también, a los preciosos documentos que atestiguan a machamartillo, pasados aconteceres históricos que no admiten discusión y menos, dogmáticas descalificaciones.
Mozuela, canta conmigo: El Iber va calladito al pasar por la ciudad, que hay mucha metralla suelta y no quiere hacerla explosionar, que el regato Tardamasa se ha cubierto de cemento y ya no es regato, sino reseco y gris canal donde aguas borrascosas adquieren más velocidad convirtiendo calles y plazas en inmundo barrizal.
Salud.
Mozuela, canta conmigo: El Iber va calladito al pasar por la ciudad, que hay mucha metralla suelta y no quiere hacerla explosionar, que el regato Tardamasa se ha cubierto de cemento y ya no es regato, sino reseco y gris canal donde aguas borrascosas adquieren más velocidad convirtiendo calles y plazas en inmundo barrizal.
Salud.