Esto de la censura es cosa muy seria, luego de veinticinco años de Estatuto de Autonomía y unos cuantos más de la Constitución del 78, la cual creo que está todavía vigente, no me hago a la idea que aún se ejerza con tanta facilidad. Debe ser porque hay círculos cerrados, como los antiguos casinos de los señores o los actuales bares privados, donde un corpulento caballero adornado con mil botones y de punta en blanco, te coloca imperativamente el stop juzgando por la pinta que has elegido para sobrevivir en la selva urbana y alegando, que ni das el perfil ni eres políticamente correcto.
Dicen que no hay meigas, ni duendes, pero haberlos háylos, lo mismo que hay gente que quiere cambiar el mundo de la noche a la mañana para hacerlo monocolor y uniforme.
Por eso, cuando un cómico de la legua o un músico poeta con la voz aguardentosa pone puntos en las íes y desbarajusta el corsé cubierto con su bombín, me enternece hasta los tuétanos. Por ácrata y por diablejo portador del bálsamo capaz de hacer más llevadero este tránsito infernal, estéril y más seco que el esparto.
Salud.
Dicen que no hay meigas, ni duendes, pero haberlos háylos, lo mismo que hay gente que quiere cambiar el mundo de la noche a la mañana para hacerlo monocolor y uniforme.
Por eso, cuando un cómico de la legua o un músico poeta con la voz aguardentosa pone puntos en las íes y desbarajusta el corsé cubierto con su bombín, me enternece hasta los tuétanos. Por ácrata y por diablejo portador del bálsamo capaz de hacer más llevadero este tránsito infernal, estéril y más seco que el esparto.
Salud.