La actual Almendral, era fundada por los árabes a finales del siglo XIV, a dos kilómetros del antiguo emplazamiento de la iglesia de San Matías, puesto que el asentamiento anterior habría sido arrasado por las fuerzas portuguesas cuando incursionaron en Extremadura después de la batalla de Aljubarrota.
Dicen en la Wikipedia.
También, que la fecha de la fundación del actual enclave fue corriendo el año 1388.
Bueno, lo dejaremos correr, sólo que:
La primera merced que Enrique Enriquez “el Mozo” obtuvo de Alfonso XI, (Rey de León y de Castilla), fue la donación de la villa de Almendral, con todos sus términos, renta y jurisdicción. Cosa que pasó en el año 1.333. Luego, Enrique Enriquez, con el fin de controlar las tierras intermedias entre Villalba y Almendral, consiguió posesionarse de la aldea de Nogales.
Eso es lo que dicen que está escrito, yo no lo he comprobado recia moza.
¿Quien les iba a decir a los repobladores de nuestro enclave, estuvieren en San Matías o en la confluencia de los arroyos Tardamasa y el Realengo allá por el 13 de mayo de 1383 que en aquellos momentos, el primer Juan de la estirpe de los Trastámara, se estaba casando en Badajoz con una portuguesa llamada Beatriz, hija del rey de Portugal que, poco tiempo después y como consecuencia de esa boda, iba a ser pasto de las llamas.
Y es que el Trastámara, sobrino de Pedro el Cruel y hijo de Enrique el de las Mercedes, decía que el reino portugués era suyo porque estaba casado con Beatriz, que era la heredera pero, ignoraba al parecer que su suegro Fernando rey de Portugal, había hecho un pacto secreto con los ingleses para que su reino pasara a manos de la hija de Pedro el Cruel, que se había casado con un inglés.
Excuso decirte porque lo sabes, que todos los nombrados eran o, hermanos, o hijos unos de otros, los portugueses incluidos.
El caso es, que se armó la marimorena, y que si tú que si yo, llegó el 14 de agosto de 1385 y en el centro de la actual Portugal más o menos, cerca de un pueblo que se llama Aljubarrota, se encontraron los ejércitos de Juan I de Portugal, que era hijo del degollado en Montiel, (Ya sabes, ni quito ni pongo rey, pero ayudo a mi señor) Pedro, el Cruel o el Justiciero, según se mire y; los del otro Juan I, el hijo de Enrique.
Por lo que se ve, para los portugueses que se defendían de la embestida de los castellanos, las cosas le fueron rodadas, quizá aconsejados por los ingleses que estaban con ellos, quienes pusieron en práctica una innovadora manera de guerrear que luego le dio también buenos resultados en otros sitios. O sea, parapetados en un estrecho valle, hicieron zanjas y pusieron cuantos obstáculos les fue posible para que los caballos no pudiesen maniobrar y, cuando estos entraron a la carga cagando hostias, desde las alturas los arqueros acribillaban a caballos y caballeros. Los primeros en morder el polvo fueron los franceses.
La infantería no corrió mejor suerte.
Después todo eran lamentos, pero así fue como los ingleses se asentaron definitivamente al otro lado de la Raya y empezó a reinar allí el Gran Maestre de la Orden Avis. El primero de su dinastía.
Tras la quema, es de suponer que, como dice el refrán, éramos pocos y parió la abuela, así que todos estos terrenos que hoy como ayer explotan cuatro gatos en el almendral sin almendros, quedarían despoblados.
Salud.
Dicen en la Wikipedia.
También, que la fecha de la fundación del actual enclave fue corriendo el año 1388.
Bueno, lo dejaremos correr, sólo que:
La primera merced que Enrique Enriquez “el Mozo” obtuvo de Alfonso XI, (Rey de León y de Castilla), fue la donación de la villa de Almendral, con todos sus términos, renta y jurisdicción. Cosa que pasó en el año 1.333. Luego, Enrique Enriquez, con el fin de controlar las tierras intermedias entre Villalba y Almendral, consiguió posesionarse de la aldea de Nogales.
Eso es lo que dicen que está escrito, yo no lo he comprobado recia moza.
¿Quien les iba a decir a los repobladores de nuestro enclave, estuvieren en San Matías o en la confluencia de los arroyos Tardamasa y el Realengo allá por el 13 de mayo de 1383 que en aquellos momentos, el primer Juan de la estirpe de los Trastámara, se estaba casando en Badajoz con una portuguesa llamada Beatriz, hija del rey de Portugal que, poco tiempo después y como consecuencia de esa boda, iba a ser pasto de las llamas.
Y es que el Trastámara, sobrino de Pedro el Cruel y hijo de Enrique el de las Mercedes, decía que el reino portugués era suyo porque estaba casado con Beatriz, que era la heredera pero, ignoraba al parecer que su suegro Fernando rey de Portugal, había hecho un pacto secreto con los ingleses para que su reino pasara a manos de la hija de Pedro el Cruel, que se había casado con un inglés.
Excuso decirte porque lo sabes, que todos los nombrados eran o, hermanos, o hijos unos de otros, los portugueses incluidos.
El caso es, que se armó la marimorena, y que si tú que si yo, llegó el 14 de agosto de 1385 y en el centro de la actual Portugal más o menos, cerca de un pueblo que se llama Aljubarrota, se encontraron los ejércitos de Juan I de Portugal, que era hijo del degollado en Montiel, (Ya sabes, ni quito ni pongo rey, pero ayudo a mi señor) Pedro, el Cruel o el Justiciero, según se mire y; los del otro Juan I, el hijo de Enrique.
Por lo que se ve, para los portugueses que se defendían de la embestida de los castellanos, las cosas le fueron rodadas, quizá aconsejados por los ingleses que estaban con ellos, quienes pusieron en práctica una innovadora manera de guerrear que luego le dio también buenos resultados en otros sitios. O sea, parapetados en un estrecho valle, hicieron zanjas y pusieron cuantos obstáculos les fue posible para que los caballos no pudiesen maniobrar y, cuando estos entraron a la carga cagando hostias, desde las alturas los arqueros acribillaban a caballos y caballeros. Los primeros en morder el polvo fueron los franceses.
La infantería no corrió mejor suerte.
Después todo eran lamentos, pero así fue como los ingleses se asentaron definitivamente al otro lado de la Raya y empezó a reinar allí el Gran Maestre de la Orden Avis. El primero de su dinastía.
Tras la quema, es de suponer que, como dice el refrán, éramos pocos y parió la abuela, así que todos estos terrenos que hoy como ayer explotan cuatro gatos en el almendral sin almendros, quedarían despoblados.
Salud.