Manué,
Yo iba buscando una fuente
para apaciguar mi sed
y me la encuentro en tu pueblo.
¡Qué digo fuente!
Un torrente cristalino
que fluye libre a campo abierto.
Donde sale, no lo sé.
Lo que sé, es que si pudiera
tú te quedabas sin el
porque lo llevaría
hasta la fuente seca
que hay donde yo nací.
Manué,
Ya no hay fuentes en el almendral,
ni una. Bueno una si,
pero está seca,
es esa que aún se llama
la del Concejo,
otrora tan abundante
que en siglos nunca falló.
Eran sus caños, cuatro,
cuatro chorros de vida
y su entorno,
un lugar para la esperanza.
Manué,
No preguntes el porqué.
El por qué no hay ni uno solo,
ni uno, ni un sólo chorro
de agua pública en todo el desalmendrado.
Porque no te lo dirán.
Por eso me quedo bobo
cuando envidioso miro tu pueblo,
cuando me extasío en su verdor,
cuando viendo el agua correr
me entra una sed....., qué sed.
Manuel.
Salud.
Yo iba buscando una fuente
para apaciguar mi sed
y me la encuentro en tu pueblo.
¡Qué digo fuente!
Un torrente cristalino
que fluye libre a campo abierto.
Donde sale, no lo sé.
Lo que sé, es que si pudiera
tú te quedabas sin el
porque lo llevaría
hasta la fuente seca
que hay donde yo nací.
Manué,
Ya no hay fuentes en el almendral,
ni una. Bueno una si,
pero está seca,
es esa que aún se llama
la del Concejo,
otrora tan abundante
que en siglos nunca falló.
Eran sus caños, cuatro,
cuatro chorros de vida
y su entorno,
un lugar para la esperanza.
Manué,
No preguntes el porqué.
El por qué no hay ni uno solo,
ni uno, ni un sólo chorro
de agua pública en todo el desalmendrado.
Porque no te lo dirán.
Por eso me quedo bobo
cuando envidioso miro tu pueblo,
cuando me extasío en su verdor,
cuando viendo el agua correr
me entra una sed....., qué sed.
Manuel.
Salud.