No guardo ni rencores ni miedos. No soy supersticioso pero entiendo, que haya seres que necesiten el sostén de un flotador que le quite sus congojas.
Dejé ciertas creencias hace tiempo. Mi bicicleta ya no lleva adosada ruedecitas, pero admiro a un filósofo lanceado antes de lanzar su último estertor.
Sería muy injusto que existiera una fuerza superior no maléfica, protectora solo de los privilegiados a los que otorga, el dulce don de ser feliz aquí y allí; repartiendo entre los otros la desdicha, las miserias, la incultura y todos los infortunios que hasta ahora inventaron los humanos.
La historia y el pensamiento enseña a ver con cierta claridad, que desde inmemoriales tiempos, mujeres y hombres intentaron crear solamente para ellos, divinos entes que respondan a la llamada de sus recónditos temores.
Así, que viendo a esos mortales manejando a su antojo y conveniencia a tan altas potencias, decidí prescindir de esos apoyos entrometidos en aspectos de la vida que, a mi juicio, no les incumbe.
Definitivamente no, me dije; observando a esa gente que hacen votos de castidad y de pobreza, pero atesoran ingentes riquezas, mientras media humanidad muere de hambre o sed en las calles o los asesina una bomba inteligente.
¿Quieres olvidar creencias ancestrales moza? Ve unos días de vacaciones a Roma.
Salud.
Dejé ciertas creencias hace tiempo. Mi bicicleta ya no lleva adosada ruedecitas, pero admiro a un filósofo lanceado antes de lanzar su último estertor.
Sería muy injusto que existiera una fuerza superior no maléfica, protectora solo de los privilegiados a los que otorga, el dulce don de ser feliz aquí y allí; repartiendo entre los otros la desdicha, las miserias, la incultura y todos los infortunios que hasta ahora inventaron los humanos.
La historia y el pensamiento enseña a ver con cierta claridad, que desde inmemoriales tiempos, mujeres y hombres intentaron crear solamente para ellos, divinos entes que respondan a la llamada de sus recónditos temores.
Así, que viendo a esos mortales manejando a su antojo y conveniencia a tan altas potencias, decidí prescindir de esos apoyos entrometidos en aspectos de la vida que, a mi juicio, no les incumbe.
Definitivamente no, me dije; observando a esa gente que hacen votos de castidad y de pobreza, pero atesoran ingentes riquezas, mientras media humanidad muere de hambre o sed en las calles o los asesina una bomba inteligente.
¿Quieres olvidar creencias ancestrales moza? Ve unos días de vacaciones a Roma.
Salud.