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ALMENDRAL: Desde que el nivel de muchos españolitos de a píe descansa...

Desde que el nivel de muchos españolitos de a píe descansa sobre el esfuerzos de esos otros a los que llaman inmigrantes, porque decidieron que las faenas pesadas era mejor que las hicieran los sudacas, los paquis, los moracos o los negratas, sin olvidarnos de los chinos, que son harina de otro costal y en el que entran los coreanos: resulta que a la mayoría el fenómeno de la inmigración nos tiene como aturdidos y, lo peor, es que cuando se ha descubierto que ese ingeniero, médico, intelectual o sencillo peón de albañil, además de ser eso es una persona normal o quizá más, resulta que el mundo judicial, el político y el social, sufren un calambrazo en el que todavía están y estamos porque algún delincuente también hay, pero ¡ay ayayai!, como en todas partes, con la particularidad, que los más abundantes son de nuestra órbita cultural, o sea, de aquende y allende de la barrera pirenaica.
No hace mucho, todos éramos ciudadanos del mundo, pero cuando el mundo llamó a la puerta de nuestras playas, de los puertos y aeropuertos, dejamos de ser universales y nos convertimos en amedrantados racistas xenófobos, que temblequeamos al oír en el trajín de cualquier ciudad conversaciones entre personas que usan lenguas que nunca antes habíamos escuchado, olvidando, que somos la resultante de miles de migraciones que hubo antes, de dentro y de fuera de esta península.
Pero, ¿sabes moza a quien le ha tocado lidiar con el problema para que deje de serlo en la medida de lo posible? Sí, eso es, a Celestino, el paisano de Valverde de Leganés, que también fue inmigrante y que ha sabido ejercer en su Hospitalillo de traductor de mundos distintos, haciendo converger y encauzando deseos y necesidades de personas de procedencias dispares. A mi parecer, pocos hay en este gabinete con más experiencias en este aspecto que él. Pero viendo cómo está el patio, mucho me temo que tenga que poner toda la carne en la parrilla y me alegraré mucho que no le pase lo que a aquél buen hombre de Huesca, ya que, si hay algo que tengamos por aquí de sobra, son acarreadores de leña para atizar los fogones.
Salud.