Cuatro, son cuatro.
Las moritas de Daimiel, no, esas son tres:
Aixa, Fátima y Mariel, más el conde bizarro.
Cuatro.
En el almendral son tres.
Tres más el gato,
que es fantasmón y no cuenta.
Cuatro.
Una multitud según para qué.
Moza:
Cuatro Gatos,
era el nombre de un café
que existió en La Condal
y en el, hasta un tal Picasso
embadurnó servilletas y algún que otro mantel.
Cuatro en tropel.
Tres eran los mosqueteros
además de D´Artagnan.
Cuatro.
Tres bolas usa el trilero,
tres, más dos comparsa
y el encargado del agua.
Cuatro.
Tres cuartos al pregonero,
con Churreta, Cuchufleta y Pitorreo,
que lo dice el señor Alcalde
y fue acordado en plenario.
Cuatro.
Tres forman un triunvirato,
pero si es de gatos,
enseguida surgen el can.
Cuatro.
Y, entre pitos y flautas,
aquí también somos cuatro,
Gatos.
Salud.
Las moritas de Daimiel, no, esas son tres:
Aixa, Fátima y Mariel, más el conde bizarro.
Cuatro.
En el almendral son tres.
Tres más el gato,
que es fantasmón y no cuenta.
Cuatro.
Una multitud según para qué.
Moza:
Cuatro Gatos,
era el nombre de un café
que existió en La Condal
y en el, hasta un tal Picasso
embadurnó servilletas y algún que otro mantel.
Cuatro en tropel.
Tres eran los mosqueteros
además de D´Artagnan.
Cuatro.
Tres bolas usa el trilero,
tres, más dos comparsa
y el encargado del agua.
Cuatro.
Tres cuartos al pregonero,
con Churreta, Cuchufleta y Pitorreo,
que lo dice el señor Alcalde
y fue acordado en plenario.
Cuatro.
Tres forman un triunvirato,
pero si es de gatos,
enseguida surgen el can.
Cuatro.
Y, entre pitos y flautas,
aquí también somos cuatro,
Gatos.
Salud.